FACULTD DE ESTUDIOS SUPERIORES
“ZARAGOZA”
Especialidad de Estomatología del Niño y
del Adolescente
E.E.N.A
Modulo: Seminario Monográfico de
Diagnostico Integral
Tema
TRASTORNOS DEL LENGUAJE
ALUMNA: García Juárez María del Carmen
PROFESOR: Esp. José Luis Uribe Peña
Fecha: 01-10-14
INTRODUCCION
El lenguaje es una función superior de nuestro cerebro. Es, por tanto, una
adquisición específica de la especie humana, siendo su expresión más habitual
el lenguaje oral, aunque éste no es la única forma de manifestarse.
Según la teoría
de Noam Chomsky, existe una gramática
universal que forma parte del patrimonio genético de los seres humanos.
Es decir, los seres humanos venimos al mundo dotados con una capacidad innata,
codificada en nuestros genes y que constituyen un patrón lingüístico básico y
universal. Se trata de la base sobre la que se construye y amolda cualquier
lengua.
Esta capacidad
singular es propia de la especie humana y el uso corriente del lenguaje
evidencia las enormes posibilidades del potencial creativo de la humanidad.
Algunos experimentos efectuados durante la gestación señalan que el inicio del aprendizaje de la lengua por el ser humano se produce ya durante el tercer trimestre de la gestación. Los primeros sonidos del lenguaje exterior llegarían al feto a través del líquido amniótico que lo envuelve. Para entonces, el oído ya está suficientemente desarrollado para percibir los primeros sonidos y el proceso de aprendizaje puede darse por iniciado en condiciones normales.
Algunos experimentos efectuados durante la gestación señalan que el inicio del aprendizaje de la lengua por el ser humano se produce ya durante el tercer trimestre de la gestación. Los primeros sonidos del lenguaje exterior llegarían al feto a través del líquido amniótico que lo envuelve. Para entonces, el oído ya está suficientemente desarrollado para percibir los primeros sonidos y el proceso de aprendizaje puede darse por iniciado en condiciones normales.
Cuando el espectacular desarrollo del lenguaje no sigue el patrón habitual que la naturaleza ha diseñado para el ser humano es cuando podemos estar delante de un Trastorno del lenguaje. En esta página intentaremos explicar algunas de sus formas, características, evaluación y tratamiento.
NOMBRES
ALTERNATIVOS
Afasia del desarrollo;
Disfasia del desarrollo; Retraso en el lenguaje; Trastorno específico del
desarrollo del lenguaje; SLI; Trastorno del lenguaje y la comunicación
OBJETIVO
Conocer los diferentes tipos
de trastornos del desarrollo en los pacientes, ya que así podríamos tener un
diagnostico de presunción o si ya esta diagnosticado para saber el manejo
estomatológico.
ANTECEDENTES
Broca y Wernicke fueron
pioneros en el estudio de los trastornos del lenguaje con el objetivo de
localizar las áreas cerebrales específicamente relacionadas con el lenguaje.
Las primeras investigaciones revelaron que las áreas de las funciones del
lenguaje se sitúan en el hemisferio izquierdo (lateralización del lenguaje),
próximas a la unión de los lóbulos temporal, frontal y parietal. Las lesiones
en el área de Broca, situada en la circunvolución inferior del lóbulo frontal
izquierdo, provocan trastornos del lenguaje, motores y expresivos. Las lesiones
en el área de Wernicke, situada en la circunvolución superior del lóbulo
temporal izquierdo, producen trastornos de tipo receptivo o sensorial, es
decir, que afectan a la comprensión del lenguaje
DEFINICION
El término
trastorno del habla se puede emplear cada vez que se manifiesta una anomalía en
la expresión oral. Ésta puede estar relacionada con la edad; no es lo mismo
articular mal a los dos años que a los ocho.
Puede deberse a una causa sensorial, orgánica
(malformación o trastorno neurológico) o simplemente funcional (no haber
descubierto el movimiento adecuado para emitir el sonido) o incluso perceptivo
(falta de apreciación de la estructura fonética o de la secuencia de los
fonemas.
Se le puede añadir un factor afectivo, rara vez
como causa pero sí complicando el tratamiento. La debilidad mental profunda
evidentemente repercute sobre la palabra, como su razón de ser, que es la
posibilidad de aprender y comprender una lengua.
Una posición más moderada consideraría como trastorno del lenguaje las perturbaciones referidas específicamente a la producción y a la recepción del habla, condiciones que excluyen las anomalías del lenguaje que son consecuencia de otros desórdenes, como las características de la esquizofrenia. También se excluirán los que son más propios de trastornos de la voz (disfonías y fenopatías), aunque pueden ser incluidas aquellas alteraciones que, a pesar de ser consecuencia de otros síndromes clínicos, pueden ser recuperables, o aquellos que son en parte consecuencia de trastornos propios del lenguaje.
ETIOLOGIA
El origen de los trastornos
del lenguaje puede ser variado. En general, cuándo la causa puede localizarse
en una lesión o disfunción cerebral o del sistema nervioso, se emplea el
término orgánico, y, si no es posible descubrir causas similares a las
mencionadas, se consideran trastornos funcionales (es necesario mencionar que
pueden ser causa de trastorno funcional tumores cerebrales, lesiones
obstétricas, enfermedades infecciosas del tipo meningitis, heridas craneales,
etc.).
EPIDEMIOLOGIA
La
discapacidad más frecuente entre la población de 0 a 14 años es la limitación
para caminar, moverse y subir o bajar escaleras, con un 29.5% de casos; le
siguen las limitaciones para hablar o comunicarse (28.3%).
Cabe señalar que las causas de tipo congénita o
derivadas del nacimiento tienen un mayor peso en las limitaciones mentales
(74.7%), de comunicación (74.7%) y de atención (68.5%) que en las dificultades
para ver, oír, vestirse o caminar.
DIAGNOSTICO
La evaluación psicológica ante la sospecha de la presencia de trastornos
del lenguaje comprende diferentes instrumentos y estrategias. Deberemos obtener
una visión global de de todos los elementos y factores que pueden estar
influyendo en la génesis y mantenimiento del problema.
La evaluación
del lenguaje no es una tarea fácil dada la complejidad de la conducta
lingüística y comunicativa y la necesidad de evaluar diferentes procesos,
aspectos estructurales y funcionales del sistema lingüístico. Por otra parte,
es habitual que los niños con escaso lenguaje tengan mayores dificultades para
establecer comunicación y muestren problemas en más de un aspecto del lenguaje.
Igualmente, todo ello puede determinar en el niño la presencia de
manifestaciones clínicas fuera del ámbito estricto del lenguaje como conductas hiperactivas, de déficit atencional y, también, de tipo emocional como desmotivación, fobia escolar, baja
autoestima, etc.
En primer lugar es necesario recoger exhaustivamente los datos evolutivos del niño/a desde el embarazo hasta la actualidad. También la estructura de la familia mediante un organigrama (padres, hermanos, abuelos, etc.) y las actuales circunstancias del entorno. Todo ello puede llevarse a cabo mediante entrevista a los padres.
Necesitaremos información acerca del rendimiento escolar actual (notas, informes) y su historia de aprendizaje.
En primer lugar es necesario recoger exhaustivamente los datos evolutivos del niño/a desde el embarazo hasta la actualidad. También la estructura de la familia mediante un organigrama (padres, hermanos, abuelos, etc.) y las actuales circunstancias del entorno. Todo ello puede llevarse a cabo mediante entrevista a los padres.
Necesitaremos información acerca del rendimiento escolar actual (notas, informes) y su historia de aprendizaje.
El niño con
sospecha de un trastorno del lenguaje deberá someterse a observación
estructurada tanto en su ambiente natural como a través de diferentes pruebas
psicométricas generales y específicas.
Para el diagnóstico es fundamental aplicar pruebas de capacidad intelectual general tipo WPPSI-III o WISC-IV (según edad). El objetivo es descartar el retraso mental u otros déficits que serían incompatibles con un diagnóstico de Trastorno del lenguaje. Un CI por debajo de 70 comprometería el diagnóstico.
De todas
formas, con frecuencia, es complicado el diagnóstico diferencial dado que
pueden darse factores añadidos que pueden alterar la medición del C.I. real del
niño. Por ejemplo, la mayor parte de las pruebas de inteligencia precisan en un
u otro grado del uso (expresivo o comprensivo) del lenguaje y, por tanto, estos
niños están en desventaja. Una solución habitual consiste en la aplicación de
pruebas libres de la influencia del lenguaje como pueden ser las subescalas del
WISC-IV: matrices, conceptos, claves, etc. También el Toni-2, las de Raven, etc, en las que
el niño sólo tiene que ver imágenes y señalar la respuesta correcta. Si en
estas pruebas no se detecta una discapacidad significativa, no estaría
justificado un diagnóstico de Retraso Mental y, por tanto, podemos sospechar un trastorno del lenguaje.
Para niños pequeños la nueva batería Merrill Palmer-R (de 0 a 6 años y medio) en su escala desarrollo cognitivo y lenguaje y comunicación puede resultar útil para la detección temprana.
Para niños pequeños la nueva batería Merrill Palmer-R (de 0 a 6 años y medio) en su escala desarrollo cognitivo y lenguaje y comunicación puede resultar útil para la detección temprana.
Señalar también que otro problema añadido lo podemos tener en niños que vienen de otras culturas, con poca estimulación temprana, poco dominio de nuestra lengua y, a veces, inmersos en dos o más lenguas simultáneamente.
Una vez evaluadas las capacidades generales hay que proceder a la aplicación de pruebas más específicas según el perfil y síntomas del niño.
CLASIFICACION
Trastornos orgánicos
- Afasia
- Afasia receptiva/sensorial de Wernicke (sordera
verbal o agnosia auditiva, ceguera verbal/alexia o agnosia visual),
- Afasia expresiva o motora de Broca (apraxia o
dispraxia),
- Afasia mixta (agnosia y apraxia),
- Afasia evolutiva o del desarrollo (afasia *expresiva
del desarrollo y afasia sensorial del desarrollo).
Trastornos funcionales o articulatorios
·
Dislalias: Falla en la articulación de algún fonema, es un
error constante, permanente e independiente del lugar que ocupe dentro de la
palabra.
La hallamos clasificada, con frecuencia, según su
etiología en:
- DISLALIA AUDIÓGENA: Consecuencia
secundaria de alguna alteración auditiva.
- DISLALIA EVOLUTIVA: o del
desarrollo, esperada en los pre-escolares.
- DISLALIA FUNCIONAL: todas las
estructuras que intervienen en la ejecución de un fonema están indemnes. Puede
ser por un mal patrón, problemas emocionales, sobreprotección, estancamiento de
la evolución, ambiente sociocultural.
- DISLALIA FONÉTICA: Alteración en la producción, la dificultad está
en el aspecto motriz, articulatorio, no hay confusiones de percepción y
discriminación auditiva.
Hay errores
estables:
-De
omisión: falta la producción del sonido (ej: "cao" en lugar de
"carro")
-De
sustitución: sustitución de un sonido por otro, los más frecuentes son los
seseos o ceceos. (ej: "caza" por "casa").
-De
distorsión: sustitución de un sonido por otro que no pertenece al sistema
fonético del idioma. (ej: rotacismo cultural: R francesa)
- DISLALIA FONOLÓGICA: Dificultades
del habla en niños que no tienen alteradas otras habilidades linguísticas, las
alteraciones son en el nivel perceptivo y organizativo, el niño puede producir
bien el fonema aislado, pero la pronunciación de la palabra suele estar
alterada.
·
DISGLOSIAS: O dislalia orgánica: las estructuras que
intervienen en la ejecución de los fonemas están dañadas.
a) Labiales: frenillo labial superior, labio leporino,
parálisis facial.
b) Mandibulares: producto
secundario de un daño
mayor (parálisis, proceso
degenerativo), crecimiento excesivo de los dos maxilares, dificultades de
oclusión.
c) Dentales: implantes, espacios entre dientes.
d) Linguales: movilidad de la lengua: macroglosia
(lengua ancha, voluminosa), microglosia ( lengua pequeña, no alcanza a hacer
contacto palativo), frenillo lingual.
e) Palatales: paladar óseo y velo del paladar .
Fisura palatina (el paladar está dividido en la línea media, por lo que la
cavidad nasal y bucal están unidas), paladar ojival (excesiva altura de la
bóveda palatina).
·
DISARTRIA: Problemas en el acto motriz del habla, producidos
por una alteración en el control
muscular de los mecanismos del habla, debido a una lesión en el sistema nervioso central. Queda afectada además de la articulación, la entonación, el
ritmo, la acentuación, etc. En general la voz de estos niños suena forzada, la
respiración suele ser irregular y con escasa coordinación, la articulación es
muy defectuosa por el restringido movimiento de los órganos que intervienen en
la fonación y el ritmo es especialmente lento (la parálisis cerebral es la
causa más habitual de esos graves síntomas).
·
DISPRAXIA
VERBAL:
Es una alteración grave de la articulación. Hay una imposibilidad de ejecutar
movimientos complejos que no es explicable por trastornos de tipo motriz, una
gran dificultad para realizar movimientos voluntarios de la lengua, labios,
maxilares y otros órganos precisos para la articulación.
Algunas diferencias entre la disartria y dispraxia
son:
-
En la dispraxia hay una dificultad para organizar y
desarrollar la totalidad del movimiento fonatorio, no explicable por trastornos
propiamente motrices. En la disartria la dificultad está centrada preferentemente
en el movimiento.
-
En la praxia están afectadas las emisiones
voluntarias, pero pueden estar conservadas las automáticas. En la disartria
están alteradas ambas.
-
El niño dispráxico tiene sobre todo dificultades en
el inicio de la emisión. El disártrico las tiene siempre.
Es un problema del ritmo de la palabra,
estrechamente relacionada con la fluidez de la palabra. Consiste en la
repetición o alargamiento involuntario de sonidos, sílabas o palabras. Estas
manifestaciones, suelen acompañarse de movimientos bruscos en todo el cuerpo.
Los síntomas de la tartamudez aparecen con
frecuencia entre los 3-4 años y suelen ir aumentando con la edad.
Podemos hablar de dos tipos de alteraciones:
-
tartamudeo clónico: Se caracteriza por repeticiones
de la primera sílaba o palabra de una frase de forma convulsiva (ej: pa?pa?para
qué?)
-
tartamudeo
tónico: Se da un habla entrecortada. Hay un estado
de inmovilidad muscular por un espasmo que impide la emisión de la palabra, al
cesar el espasmo, la palabra se escapa precipitadamente (ej: p?para qué?).
Es frecuente que se den a la vez en la misma persona,
aunque suele haber una tendencia a producir una u otra.
No existe una causa única. Algunos desencadenante
son:
De origen orgánico: - neurológico (mala
lateralización)
- auditivo (mala adecuación de la discriminación
auditiva)
- varios (trastornos del sueño, alimentación)
·
Factores genéticos: Existe una incidencia
importante de antecedentes familiares.
·
La zurdería: Los trastornos de la lateralización y
la zurdería contrariada pueden potencia el trastorno
·
Factores psicológicos: Suelen aumentar este
problema la angustia, miedo, temor al rechazo y al ridículo, la actitud
vigilante y tensa.
Trastornos, no atribuibles a disfunciones, asociados a cuadros clínicos
- Autismo.
- Deficiencia mental.
- Mutismo selectivo.
- Parálisis cerebral.
- Dislexia; disgrafía; disortografía.
CARACTERISTICAS
CLINICAS
Un niño con trastorno del lenguaje puede tener uno o
dos de los síntomas de la lista de abajo o muchos de los síntomas y pueden ir
de leves a graves.
Los niños con un trastorno del lenguaje receptivo
tienen dificultad para entender el lenguaje. Ellos pueden tener:
- Dificultad para entender lo que otras personas
han dicho
- Problemas para seguir instrucciones que se les
dicen
- Problemas para organizar sus pensamientos
Los niños con un trastorno del lenguaje expresivo
tienen problemas con el uso del lenguaje para expresar lo que están pensando o
necesitan. Estos niños pueden:
- Tener dificultad para juntar las palabras en
oraciones o sus oraciones pueden ser simples y cortas y el orden de las
palabras puede estar errado
- Tener dificultad para encontrar las palabras
correctas al hablar y con frecuencia usar muletillas como "um"
- Tener un vocabulario que está por debajo del
nivel de otros niños de la misma edad
- Dejar palabras por fuera de las oraciones al
hablar
- Usar ciertas frases una y otra vez, y repetir
(eco) partes o todas las preguntas
- Emplear tiempos (pasado, presente, futuro)
inadecuadamente
Debido a sus problemas del lenguaje, estos niños
pueden tener dificultad en ambientes sociales. A veces, los trastornos del
lenguaje pueden ser parte de la causa de problemas conductuales serios.
Características clínicas:
Este trastorno se caracteriza principalmente en que el
niño omite o pronuncia los fonemas de forma inadecuada (distorsiones,
sustituciones) para su edad mental aunque tenga un nivel normal para el resto
de las funciones del lenguaje.
Este trastorno ha recibido diferentes denominaciones a lo largo de los años: Dislalia, Trastorno del desarrollo fonológico, Trastorno funcional de la articulación, etc.
Diagnostico:
El diagnóstico sólo debe hacerse cuando se cumplen los siguientes requisitos:
1- La gravedad del trastorno excede los límites normales teniendo en cuenta la edad mental del niño.
2- La Inteligencia no verbal es normalLas funciones del lenguaje expresivo y receptivo está dentro de los límites normales.
3- Las anomalías de la pronunciación no se pueden atribuir directamente a una anomalía sensorial, estructural o neurológica.
4 -Los fallos de la pronunciación son claramente anormales en el contexto de los usos coloquiales del entorno sociocultural del niño.
Diagnostico diferencial:
Este trastorno ha recibido diferentes denominaciones a lo largo de los años: Dislalia, Trastorno del desarrollo fonológico, Trastorno funcional de la articulación, etc.
Diagnostico:
El diagnóstico sólo debe hacerse cuando se cumplen los siguientes requisitos:
1- La gravedad del trastorno excede los límites normales teniendo en cuenta la edad mental del niño.
2- La Inteligencia no verbal es normalLas funciones del lenguaje expresivo y receptivo está dentro de los límites normales.
3- Las anomalías de la pronunciación no se pueden atribuir directamente a una anomalía sensorial, estructural o neurológica.
4 -Los fallos de la pronunciación son claramente anormales en el contexto de los usos coloquiales del entorno sociocultural del niño.
Diagnostico diferencial:
Para este
diagnostico deberemos también asegurarnos de que las alteraciones en la
articulación son lo suficientemente graves para considerarlas anormales y
diferenciarlas de aquellas que pueden ser propias en niños pequeños.
También debemos descartar la presencia de enfermedad física o psíquica como causa de los problemas de articulación. Es el caso de la Disartria (Trastorno articulatorio secundario a un déficit neurológico, la Disglosia (Trastorno de la pronunciación determinada por problemas estructurales del aparato bucofonatorio) o la Disfemia o tartamudeo (Trastorno del habla caracterizado por tropiezos, espasmos y repeticiones debido a una imperfecta coordinación de las funciones ideomotrices cerebrales).
También hay que descartar problemas de audición, retraso mental, la presencia de un trastorno mixto (expresivo-receptivo, como contempla el DSM-IV) o un trastorno generalizado del desarrollo.
También debemos descartar la presencia de enfermedad física o psíquica como causa de los problemas de articulación. Es el caso de la Disartria (Trastorno articulatorio secundario a un déficit neurológico, la Disglosia (Trastorno de la pronunciación determinada por problemas estructurales del aparato bucofonatorio) o la Disfemia o tartamudeo (Trastorno del habla caracterizado por tropiezos, espasmos y repeticiones debido a una imperfecta coordinación de las funciones ideomotrices cerebrales).
También hay que descartar problemas de audición, retraso mental, la presencia de un trastorno mixto (expresivo-receptivo, como contempla el DSM-IV) o un trastorno generalizado del desarrollo.
Finalmente la
capacidad de expresión debe estar dentro de la normalidad.
Evolución y pronóstico:
Evolución y pronóstico:
En términos
generales, suele producirse una mejora total cuando el problema se reduce a
unos pocos fonemas. Los niños con más de 5 años, en los que persiste el
problema, deben ser evaluados a fondo para descartar algún trastorno asociado.
Si el problema persiste más allá de los 8 años su solución total es más
compleja.
B) Trastornos
de la expresión del lenguaje
Características clínicas:
Se trata de un
trastorno del desarrollo del niño en el que la capacidad para la expresión oral
es marcadamente inferior al nivel adecuado para su edad mental, pero en el que
la comprensión del lenguaje está dentro de los límites normales. Pueden existir
o no alteraciones en la pronunciación.
Aunque hay una considerable variación individual en el desarrollo normal del lenguaje, la ausencia de palabras simples (o aproximaciones de palabras) alrededor de los dos años y el fracaso de frases sencillas de dos palabras hacia los tres años, deben ser entendidos como indicadores significativos de un retraso. Más tarde se presenta una limitación del desarrollo del vocabulario, un uso excesivo de un número limitado de palabras, dificultades en la elección de las palabras adecuadas, sustitución de unas palabras por otras, utilización de frases cortas, estructuración inmadura, errores sintácticos (en especial omisiones de finales de palabras o prefijos) y errores u omisiones de elementos gramaticales concretos, como preposiciones, pronombres, artículos, etc.
Es frecuente que los déficits del lenguaje hablado se acompañen de retrasos o anomalías en la pronunciación de los fonemas que forman las palabras.
Diagnóstico:
El diagnostico debe hacerse únicamente cuando la gravedad del retraso del desarrollo de la expresión del lenguaje exceda los límites de la variación normal para la edad mental del niño, siendo la comprensión del lenguaje normal (aunque frecuentemente el lenguaje receptivo puede estar en algunos aspectos por debajo de lo normal).
El recurso de signos no verbales (como sonrisas y gestos) y del lenguaje interior (imaginación y juegos de fantasía) está relativamente intacto, así como la capacidad para la comunicación social de forma no verbal.
A pesar del déficit del lenguaje, el niño intenta comunicarse y tiende a compensar la carencia lingüística mediante el uso de gestos, mímica y vocalizaciones no lingüísticas.
En este colectivo no son raras las dificultades con los compañeros, problemas emocionales, conductas disruptivas y/o déficit de atención e hiperactividad.
En una pequeña parte de los casos puede presentarse una pérdida auditiva parcial (a menudo selectiva) concomitante, pero ésta no es de una gravedad suficiente como para justificar el retraso del lenguaje.
La
participación inadecuada en las conversaciones o una privación ambiental más
general pueden jugar un papel importante o contribuir significativamente a la
génesis del trastorno del lenguaje expresivo.
Diagnóstico diferencial:
Debe hacerse
con el retraso mental, trastornos mixtos (receptivo-expresivo), trastornos
generalizados del desarrollo, la afasia o disfasia (tipo receptivo) y también
del mutismo selectivo.
Mientras que
los niños con retraso mental tienen un deterioro generalizado de todo el
funcionamiento intelectual, los niños con trastornos de la expresión tienen una
inteligencia no verbal dentro de la normalidad (por ejemplo, medido con el WISC-IV, el C.I. no verbal se situaría por encima de 80).
La diferenciación respecto a los TGD o TEA, consiste en que éstos presentan ausencia de lenguaje interno, juego simbólico, intención comunicativa y, por tanto, hay problemas de relación social significativas que no presentan los niños con trastorno del lenguaje expresivo.
Hay también que diferenciar los niños con afasias o disfasias adquiridas ya que éstos presentan un desarrollo evolutivo normal y el deterioro ha tenido lugar después de enfermedad o traumatismo encefálico u otros trastornos de origen neurológico.
Finalmente en el mutismo selectivo, existe la capacidad de expresión oral pero ésta se manifiesta selectivamente delante de sólo ciertas personas o situaciones familiares al niño. En su base suelen haber problemas de timidez y emocionales.
Evolución y pronóstico:
En términos
generales, la evolución del trastorno va asociada a la presencia de otros
trastornos. Si no se dan conjuntamente con el TDAH o problemas de origen emocional, el pronóstico es mejor.
La rapidez y el
grado de recuperación dependen, también, de la gravedad del trastorno, de la
motivación del niño para participar en las diferentes actividades planteadas en
la intervención.
Son también de
mejor pronóstico los niños que presentan un CI no verbal de 100 o más respecto
a los que se sitúan en una franja límite con el retraso mental de tipo leve (CI<80).
Algunos datos apuntan que alrededor del 50% de los niños con trastornos de la expresión del lenguaje se recuperan normalmente.
Algunos datos apuntan que alrededor del 50% de los niños con trastornos de la expresión del lenguaje se recuperan normalmente.
C) Trastorno de
la Comprensión del lenguaje
Se trata de un
trastorno específico del desarrollo, en el que la comprensión del lenguaje por
parte del niño es inferior al nivel adecuado a su edad mental.
En el DSM-IV-TR, este trastorno corresponde al Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. En el CIE-10, todo y que diferencia entre expresión y comprensión, asume que en la práctica totalidad de los casos de trastorno comprensivo se da también un deterioro notable de la expresión del lenguaje, y son frecuentes las alteraciones en la pronunciación de los fonemas de las palabras.
En el DSM-IV-TR, este trastorno corresponde al Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. En el CIE-10, todo y que diferencia entre expresión y comprensión, asume que en la práctica totalidad de los casos de trastorno comprensivo se da también un deterioro notable de la expresión del lenguaje, y son frecuentes las alteraciones en la pronunciación de los fonemas de las palabras.
Características clínicas:
Las
manifestaciones clínicas del componente comprensivo aparecen típicamente antes
de los 4 años. Las formas más graves se manifiestan antes de los dos años,
mientras que las formas más leves pueden no ser evidentes hasta los 7 u 8 años
de edad.
La mayoría de niños con este problema tienen dificultades en la socialización y en la comunicación no verbal. Estas producen a su vez una serie de problemas adicionales en el terreno emocional que cursan con baja autoestima, sentimiento de inferioridad y rechazo a la escuela, entre otros. Paralelamente pueden aparecer conductas disruptivas.
Destacar también la comorbilidad de este trastorno con los trastornos específicos del aprendizaje (dislexia, disgrafía, discalculia), también con el TDAH y trastornos de ansiedad y depresión.
La mayoría de niños con este problema tienen dificultades en la socialización y en la comunicación no verbal. Estas producen a su vez una serie de problemas adicionales en el terreno emocional que cursan con baja autoestima, sentimiento de inferioridad y rechazo a la escuela, entre otros. Paralelamente pueden aparecer conductas disruptivas.
Destacar también la comorbilidad de este trastorno con los trastornos específicos del aprendizaje (dislexia, disgrafía, discalculia), también con el TDAH y trastornos de ansiedad y depresión.
Son más frecuentes en niños que en niñas con una prevalencia de entre el 3 y 5% respecto a la población general.
Por último
señalar que este tipo de trastornos suele tener una etiología principalmente de
origen genético. Numerosos estudios describen antecedentes familiares en niños
con el problema.
Diagnóstico:
Los criterios necesarios son:
1- La gravedad del retraso excede los límites de la variación normal para la edad del niño
2- La inteligencia no verbal esté dentro de los límites normales (CI>80).
3- No se satisface las pautas de trastorno generalizado del desarrollo, autismo o retraso mental.
4- Se excluyen
causas de tipo orgánico o neurológico (pérdida de audición, hendidura palatina
u otras anomalías estructurales u otros).
Deben tenerse
en cuenta, también, los siguientes indicadores de retraso: un fracaso para
responder a nombres familiares (en ausencia de claves no verbales) hacia el
primer año de vida; incapacidad para reconocer los nombres de al menos algunos
objetos corrientes a los 18 meses, o para llevar a cabo instrucciones simples y
rutinarias a la edad de dos años. Más tarde se presentan otras dificultades,
como la incapacidad de comprender ciertas formas gramaticales (negativas,
interrogantes, etc.) y los aspectos más sutiles del lenguaje (tono de voz,
gestos, etc.
Evolución y pronóstico:
Evolución y pronóstico:
Cuando se
diagnostica en los niños más pequeños suele ser porque los síntomas son muy
evidentes y, por tanto, pueden indicar una mayor gravedad de los mismos, aunque
no siempre. Cuando los síntomas son leves no se hacen patentes hasta más tarde
y suelen ser más manejables y de mejor pronóstico. De todas formas, la
evolución dependerá del momento de inicio del tratamiento, la naturaleza y
gravedad del problema así como otras circunstancias del entorno del niño.
TRATAMIENTO
MEDICO
Los métodos de intervención
en el lenguaje han variado desde el trabajo directo con el niño, en situaciones
estructuradas, a otras formas más naturales basadas en el juego y en su propio
ambiente con implicación de los familiares.
Como objetivo general siempre hay que buscar estimular y motivar al niño para que participe activamente. Desde este punto de vista no se trata tanto de insistir en que el niño hable o comprenda adecuadamente, sino de crear las condiciones para que el lenguaje tenga lugar de forma espontánea.
Como objetivo general siempre hay que buscar estimular y motivar al niño para que participe activamente. Desde este punto de vista no se trata tanto de insistir en que el niño hable o comprenda adecuadamente, sino de crear las condiciones para que el lenguaje tenga lugar de forma espontánea.
El tratamiento más formal de los diferentes trastornos suele efectuarse a través de la intervención logopédica. Hoy en día disponemos de numeroso material de apoyo visual e informático que ofrecen un contexto más amigable para los niños y, por tanto, mejorar su motivación en la consecución de los diferentes objetivos marcados.
En los trastornos de pronunciación o fonológicos, la intervención directa del logopeda con el niño en sesiones estructuradas es muy eficaz. El tratamiento incluye un entrenamiento en la producción de sonidos mediante ayudas visuales (gesticulación manual o símbolos que ilustran la forma correcta de pronunciar) y la imitación del modelo (logopeda). También se incluyen ejercicios para resolver las confusiones entre diferentes fonemas.
Respecto a los otros trastornos del lenguaje (expresión, comprensión o mixto) parece que la mejor opción, en general, pasa por combinar el tratamiento logopédica individual con la intervención mediada por la familia. En este último caso, el logopeda o profesional, tras identificar el problema y marcar los objetivos, instruye a los padres en diferentes habilidades para aplicarlas en casa con el niño
CARATERISTICAS
ESTOMATOLOGICAS
Frenillo labial superior, labio leporino, parálisis
facial.
Mandibulares: producto
secundario de un daño
mayor (parálisis, proceso
degenerativo), crecimiento excesivo de los dos maxilares, dificultades de
oclusión.
Dentales: implantes, espacios entre dientes.
Linguales: movilidad de la lengua: macroglosia
(lengua ancha, voluminosa), microglosia (lengua pequeña, no alcanza a hacer
contacto palativo), frenillo lingual.
Palatales: paladar óseo y velo del paladar . Fisura
palatina (el paladar está dividido en la línea media, por lo que la cavidad
nasal y bucal están unidas), paladar ojival (excesiva altura de la bóveda
palatina).
PRONOSTICO
El
pronóstico varía de acuerdo con la causa. La lesión cerebral u otros problemas
estructurales generalmente tienen un pronóstico desalentador, en el cual el
niño tendrá problemas a largo plazo con el desarrollo del lenguaje. Otras
causas más reversibles se pueden tratar de una manera efectiva.
Muchos
niños que tienen problemas del lenguaje durante los años del preescolar también
tendrán algunos problemas del lenguaje o dificultades de aprendizaje
posteriormente en la niñez. Igualmente pueden tener trastornos de lectura.
COMPLICACIONES
La
dificultad para entender y utilizar el lenguaje puede causar problemas con la
interacción social y la capacidad de funcionar de forma independiente como
adulto.
La
lectura puede ser un problema.
La
depresión, la ansiedad y otros problemas emocionales o conductuales pueden
complicar los trastornos del lenguaje
RECOMENDACIONES
Los padres preocupados respecto de que el habla o el
lenguaje de su hijo está retrasado deben consultar a un médico de atención
primaria y solicitar una remisión a un terapeuta del lenguaje o logopeda.
Los niños a quienes se les diagnostique esta afección
posiblemente necesiten que los vea un neurólogo o un especialista en el
desarrollo infantil para determinar si la causa se puede tratar.
Llame al pediatra si observa los siguientes signos de
que su hijo no entiende bien el lenguaje:
- A los 15 meses, no mira ni señala hacia 5 a 10
personas u objetos cuando uno de los padres o el cuidador se los señala
- A los 18 meses, no sigue instrucciones simples,
como "ponte tu chaqueta"
- A los 24 meses, no es capaz de apuntar hacia una
imagen o hacia una parte del cuerpo cuando se la nombran
- A los 30 meses, no responde fuerte o cabeceando o
moviendo la cabeza y haciendo preguntas
- A los 36 meses, no sigue instrucciones de dos
pasos y no entiende palabras de acción
Igualmente, consulte si nota estos signos de que su
hijo no utiliza o expresa el lenguaje bien:
- A los 15 meses, no está utilizando tres palabras
- A los 18 meses, no está diciendo
"mamá", "mapá" ni otros nombres
- A los 24 meses, no está usando al menos 25
palabras
- A los 30 meses, no está usando frases de dos palabras,
incluyendo frases que tengan un sustantivo y un verbo
- A los 36 meses, no tiene un vocabulario de al
menos 200 palabras, no está solicitando elementos por el nombre, repite
exactamente las preguntas dichas por otros, el lenguaje ha retrocedido (ha
empeorado) o no está usando oraciones completas
- A los 48 meses, con frecuencia usa palabras
incorrectamente o emplea una palabra similar o conexa en lugar de la
palabra correcta
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001545.htm
http://www.dis-capacidad.com/nota.php?id=1922
No hay comentarios:
Publicar un comentario