miércoles, 15 de octubre de 2014

Cardiopatias Congénitas / Medicamentos Ototóxicos

UNAM FES ZARAGOZA
ESPECIALIDAD EN ESTOMATOLOGÍA DEL NIÑO Y EL ADOLESCENTE
SEMINARIO MONOGRÁFICO DE DIAGNÓSTICO
GONZÁLEZ OSORIO BIBIANA
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS
MEDICAMENTOS OTOTÓXICOS

Existen más de cincuenta tipos diferentes de cardiopatías congénitas. Pueden clasificarse en:
·         Las que producen cortocircuitos izquierda-derecha (paso de sangre de la circulación sistémica a la pulmonar), entre las que se encuentran las comunicaciones interventriculares y comunicaciones interauriculares. También se incluye en este grupo el ductus arterioso persistente y el foramen oval permeable.
·         Las que producen obstrucción al flujo sanguíneo, entre las que destaca la coartación aórtica.
·         Las cardiopatías congénitas cianógenas, en las cuales el flujo sanguíneo anormal va desde la circulación pulmonar a la sistémica, pasando sangre no oxigenada adecuadamente a los tejidos, provocando lo que se conoce como cianosis (por el color amoratado de labios y lecho ungueal). En este grupo hablaremos de las más conocidas, que son la tetralogía de Fallot y la transposición de grandes vasos (que puede verse en otro apartado).  
COMUNICACIÓN INTERVENTRICULAR CIV
Los pacientes con comunicación interventricular tienen un orificio que comunica los dos ventrículos. Es la cardiopatía congénita más frecuente al nacer.
Existen varios tipos de CIV, según su localización dentro del tabique interventricular: las CIV membranosas o perimembranosas son las más frecuentes (situadas cerca de la válvula tricúspide); le siguen en frecuencia las CIV musculares (localizadas en el septo muscular). Otro tipo de CIV más raras son las CIV subpulmonares y las CIV tipo canal.
Síntomas
En general, los síntomas no van a depender de la localización del defecto sino del tamaño del orifico de la CIV. Cuando la comunicación es pequeña, no suele producir síntomas, si es grande puede provocar disnea (falta de aire), insuficiencia cardiaca y crecimiento inadecuado en los primeros meses de vida.
Diagnóstico
El diagnóstico se sospecha por la clínica y la exploración física (se escucha un soplo cardiaco muy característico). El diagnóstico se confirma con el ecocardiograma, con el que se podrá visualizar la localización, el número y el tamaño de la CIV. 
Pronóstico
La CIV se puede cerrar de forma espontánea hasta en un 40 por ciento de los casos (en su mayor parte, en los primeros 6 meses de vida).
Tratamiento
El tratamiento depende del tamaño y de si provoca síntomas o tiene repercusiones cardiacas. La mayoría de las CIV son pequeñas, no provocan síntomas y no precisan tratamiento; además, muchas tienden a cerrarse con el tiempo y también se hacen más pequeñas proporcionalmente al aumentar el tamaño del corazón.
Si se trata de una CIV de gran tamaño que ocasiona síntomas en el bebé, además del tratamiento para la insuficiencia cardiaca, hay que realizar el cierre quirúrgico del defecto interventricular. Es recomendable intervenir a partir del sexto mes de vida (la mortalidad es del 20 por ciento al primer mes y baja hasta el 2-3 por ciento después del sexto mes de vida).


COMUNICACIÓN INTERAURICULAR
Se trata de un orificio que comunica las dos aurículas, permitiendo el paso de sangre entre ellas.
Causas
Durante la formación del feto, hay una abertura entre las aurículas izquierda y derecha. Generalmente, este orificio se cierra al poco tiempo del nacimiento. Si no se cierra totalmente, el problema se denomina CIA tipo ostium secundum. La CIA tipo ostium secundum es el tipo más común de CIA. Otros tipos son la CIA tipo ostium primum y la CIA tipo seno venoso, localizadas en otras zonas del tabique interauricular. 
Síntomas
La mayoría son asintomáticas, y se identifican al realizar un ecocardiograma tras la detección de un soplo cardiaco. Si hay síntomas, suelen ser leves y consisten en infecciones pulmonares frecuentes, ligera intolerancia al ejercicio y leve retraso del crecimiento.
Las CIAs grandes pueden dar la cara en la edad adulta, provocando intolerancia al ejercicio y palpitaciones (provocadas por arritmias). En algunos casos evolucionan provocando síntomas de insuficiencia cardiaca derecha (intolerancia al ejercicio, retención de líquidos y piernas y abdomen….). Si existe cianosis indica que, debido a la sobrecarga derecha, se ha invertido el flujo, pasando a ser desde la circulación pulmonar a la sistémica. 
Diagnóstico
El diagnóstico se sospecha por la clínica y la exploración física. La enfermedad se confirma con el ecocardiograma.
Pronóstico
Las CIAs pequeñas tienen buen pronóstico y no precisan de tratamiento. Las CIAs grandes, cuando se realiza un diagnóstico y reparación tempranos, por lo general tienen un pronóstico excelente. Si se diagnostican tardíamente o si no se reparan, pueden tener mal pronóstico.
Tratamiento
Cuando la CIA es grande o tiene repercusión sobre la función cardiaca es necesario cerrarla. El cierre puede realizarse mediante cirugía o mediante dispositivos que se colocan a través de catéteres mediante punción por la vena femoral. 
Tetralogía de Fallot
La tetralogía de Fallot es una cardiopatía congénita compleja que incluye:
·         Comunicación interventricular.
·         Estenosis de la arteria pulmonar.
·       




 Acabalgamiento de aorta (la arteria aorta no sale del ventrículo izquierdo, sino que lo hace por encima de la comunicación interventricular, es decir, entre el ventrículo derecho y el izquierdo).
·    Hipertrofia del ventrículo derecho (el ventrículo derecho está engrosado por aumento de la carga de trabajo).
Causas
La mayoría de las veces, este defecto cardíaco se presenta sin causas claras. Sin embargo, se puede asociar al consumo excesivo de alcohol durante el embarazo, la rubeola materna, nutrición deficiente durante la gestación, y el consumo de medicamentos para controlar las convulsiones y diabetes.
Síntomas
En los niños con esta enfermedad son muy variables. En ocasiones hay pacientes asintomáticos. La mayoría presentan cianosis desde el nacimiento o la desarrollan antes de cumplir un año, con disminución de la tolerancia al esfuerzo. Es frecuente encontrar acropaquias (engrosamiento de extremo de los dedos) y que los niños adopten una postura típica en cuclillas ('squatting'), porque es en la que ellos están más oxigenados. Además pueden presentar crisis hipoxémicas (mayor disminución de la oxigenación de la sangre) ante determinados estímulos como el llanto o el dolor, con aumento severo de la cianosis, agitación, pérdida de fuerza, síncope y que puede llegar a causar la muerte.
Estos pacientes también pueden tener otras complicaciones como: anemia, endocarditis infecciosa (infección de las válvulas del corazón), embolismos, problemas de coagulación e infartos cerebrales.
Diagnóstico
Es muy importante tener un alto índice de sospecha clínica, al valorar a un recién nacido con un soplo cardiaco y con disminución de oxígeno en la sangre y en ocasiones con cianosis. La enfermedad se confirma con el ecocardiograma. El cateterismo estaría indicado en pacientes en los que se vayan a operar (sobre todo para ver si se asocia a anomalías de las arterias coronarias o de las arterias pulmonares periféricas).
Tratamiento
El tratamiento es, sobre todo, quirúrgico. No obstante, hasta el momento de la cirugía se debe hacer tratamiento médico, evitando que el niño realice esfuerzos intensos y estados de agitación. Si el niño presenta una crisis hipoxémica aguda, se le debe colocar en posición genupectoral (acercar las rodillas al pecho) y debe ser trasladado rápidamente a un hospital para ofrecerle tratamiento urgente a base de oxígeno y sedación con barbitúricos o morfina. El tratamiento quirúrgico de corrección total de esta cardiopatía congénita es el que se recomienda en cuanto se diagnostica al niño, aunque este sea un bebé, siempre y cuando sea posible (depende mucho de la anatomía de las arterias pulmonares y del infundíbulo del ventrículo derecho), si se detecta una estenosis muy severa de la pulmonar es una contraindicación para una corrección total precoz. En la corrección total se cierra la comunicación interventricular con un parche y se amplía la salida del ventrículo derecho con otro parche. En los casos en los que no sea posible una corrección total precoz por presentar una anatomía desfavorable (generalmente por estenosis muy severa de la pulmonar), se hace una cirugía 'paliativa' para aumentar el flujo pulmonar con una fístula arterial sistémico- pulmonar en los recién nacidos y posteriormente una cirugía correctora total unos años más tarde.
Pronóstico
El pronóstico de estos es malo sin cirugía y mejora claramente a largo plazo tras la cirugía reparadora. Solo un 6% de los pacientes no operados han llegado a cumplir 30 años, y solo un 3% han cumplido los 40 años. De los niños operados, con buen resultado, la mayoría llegan a adultos haciendo una vida relativamente normal. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden tener, después de muchos años, algunas complicaciones como arritmias o insuficiencia cardiaca por disfunción del miocardio.







 FÁRMACOS OTOTÓXICOS 

Los fármacos ototóxicos son aquellos que causan efectos lesivos sobre las estructuras vestibular y coclear del oído. La toxicidad coclear que se manifiesta con acúfenos, pérdida de audición, y en ocasiones dolor en el oído, es más fácil de diagnosticar que la vestibular, que puede ocasionar vértigo, mareo, ataxia y nistagmus. Los primeros casos de ototoxicidad se manifestaron tras la introducción en la clínica de la estreptomicina en 1944 y su aplicación en el tratamiento de la tuberculosis. Una gran parte de los pacientes tratados desarrollaron alteración vestibular y coclear, de carácter irreversible. Posteriormente la ototoxicidad también se demostró con otros antibióticos aminoglicósidos. Actualmente se incluyen otros antibióticos, antineoplásicos derivados del platino, salicilatos, quinina y diuréticos potentes. El mecanismo de la acción ototóxica puede variar de un grupo a otro. También puede ser permanente o reversible, dependiendo del tipo de medicamento, dosis y duración del mismo. Así, se sabe que los salicilatos, la quinina y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) causan mayoritariamente daño que cesa al suspender el tratamiento. En el caso de los antibióticos aminoglicósidos la sordera que producen, sólo es reversible en el 50% de los pacientes.
Los grupos terapéuticos más relacionados con los acúfenos y otras formas de ototoxicidad son:

Salicilatos. La ototoxicidad se relaciona con la dosis administrada y normalmente es reversible. Cuando se utilizan a dosis bajas (tratamiento cardiovascular) no suelen causar acúfenos, excepto en pacientes especialmente susceptibles. La aparición de acúfenos se ha relacionado con la administración de dosis elevadas de aspirina en el tratamiento de las enfermedades reumáticas. El tinnitus es un síntoma que precede a la sordera.

Antibióticos aminoglicósidos. Pueden causar daño tanto coclear como vestibular, y el tipo de lesión varía según el antibiótico utilizado. Por ejemplo, la amicacina produce fundamentalmente daño coclear (que puede cursar con tinnitus y sordera), y la gentamicina y tobramicina se han relacionado fundamentalmente con daño

La ototoxicidad se relaciona con un aumento de las concentraciones del aminoglicósido en el oído interno, por lo que se recomienda no superar las dosis y la duración del tratamiento recomendado en ficha técnica. Pacientes con alteración de la función renal, o a los que se administran otros fármacos que puedan alterar la eliminación renal o generar ototoxicidad, deben requerir una especial supervisión.
Los aminoglicósidos pueden administrarse en forma de gotas óticas, por lo que debe tenerse precaución especialmente en grupos de riesgo. Deben controlarse las dosis y la duración de los tratamientos.

Antineoplásicos. El principal grupo que puede causar ototoxicidad son los derivados del platino, especialmente el cisplatino y en menor grado el carboplatino y el oxaliplatino. Se ha documentado tinnitus y/o sordera.
La ototoxicidad que producen es progresiva y presenta una incidencia elevada. El tinnitus reversible puede ocurrir con dosis bajas. La pérdida de audición parece ser dosis dependiente y esta afectada por otros factores como la edad, función renal y lesión ótica previa.

Factores que afectan la ototoxicidad

1. Concentración de fármacos en el oído interno. Probablemente es el factor más importante en el daño ótico. Se ve influido por la dosis del fármaco, por la vía de administración, duración del tratamiento y por factores relacionados con su eliminación.

2. Características del paciente. Algunas personas pueden presentar una mayor sensibilidad hacia los fármacos ototóxicos, por causas genéticas, edad avanzada, enfermedad renal o hepática, audiograma alterado, deshidratación, septicemia, etc.

3. Asociación de fármacos ototóxicos. La potenciación de la ototoxicidad cuando se administran dos o másfármacos con este efecto adverso.

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