miércoles, 29 de octubre de 2014

CARDIOPATIA ADQUIRIDA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FES-ZARAGOZA
POSGRADO
ESPECIALIDAD EN ESTOMATOLOGÍA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE 
ALUMNA: GÓMEZ ALVAREZ  LAURA GABRIELA

CARDIOPATIA ADQUIRIDA
El término cardiopatía puede englobar a cualquier padecimiento del corazón o del resto del sistema cardiovascular. Sin embargo, en sentido estricto se suele denominar cardiopatía a las enfermedades propias de las estructuras del corazón.
Son lesiones cardiacas debidas a enfermedades adquiridas durante la infancia como la fiebre reumática o la enfermedad de Kawasaki.La patología adquirida valvular es debido a la fiebre reumática y otras endocarditis, que afectan a las válvulas cardiacas y las transforman en estenóticas y/o insuficientes.
La patología adquirida coronaria puede ser a causa de enfermedades como la de Kawasaki que produce aneurismas de estas arterias, o la arteriosclerosis que puede producir estenosis más o menos importantes.Las arritmias (aunque pueden ser de causa congénita) habitualmente son la expresión de otras enfermedades que afectan al corazón.
Las enfermedades del pericardio pueden aparecer de forma aguda o crónica, casi siempre secundarias a infecciones. Las miocardiopatías son habitualmente debidas a enfermedades metabólicas congénitas, procesos infecciosos o bien isquemia crónica.Otras enfermedades como tumores, hidatidosis, aneurismas son menos frecuentes.

Enfermedad reumática 
La incidencia de la enfermedad reumática ha disminuido en los últimos 40 años. La prevalencia de la enfermedad reumática del corazón en el embarazo ha disminuido en los países desarrollados.
En los pacientes con enfermedad reumática del corazón, la válvula mitral es la más afectada. La estenosis mitral ocurre en aproximadamente 90% de los pacientes y la insuficiencia mitral en 7%. La válvula aórtica es la segunda válvula más afectada, aunque en menor grado; la insuficiencia aórtica está presente en 2,5% de los pacientes y la estenosis aórtica en solo 0,5% .
A pesar de que las válvulas tricúspide y pulmonar también pueden verse afectadas, generalmente se combinan con la enfermedad de la válvula mitral o aórtica. 
Estenosis mitral 
La estenosis mitral es la lesión valvular más común en el embarazo en todo el mundo. 
La estenosis mitral impide el flujo de sangre desde la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo, dando lugar a presiones elevadas en la aurícula izquierda y la arteria pulmonar y una disminución en el llenado ventricular izquierdo. 
La disnea es el síntoma más común, debida al aumento de presión de la aurícula izquierda, taquipnea, ortopnea y disnea paroxística nocturna por la insuficiencia cardíaca derecha. Estos pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular, tromboembolismo, edema pulmonar, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca derecha. 
Se debería prescribir beta bloqueadores a toda mujer sintomática o cuya presión arterial pulmonar se estime superior a 50 mmHg, así como reposo y dieta baja en sal. Se añadirá diuréticos si persiste la congestión venosa. Todas las pacientes con fibrilación auricular deben ser anticoaguladas. 
El tratamiento quirúrgico se reserva para casos refractarios al tratamiento médico, y consiste en valvuloplastia percutánea con balón en los casos de estenosis mitral severa (área valvular mitral <1 cm2), siendo más segura cuando se la realiza después de las 20 semanas de gestación. El reemplazo de la válvula mitral debe ser realizado cuando sea necesario, pero se asocia con una mortalidad materna y fetal importante. Debe evitarse efectuar cualquier procedimiento durante el primer trimestre de la gestación.
La atención durante el parto de las pacientes con estenosis mitral severa debe incluir la monitorización hemodinámica invasiva. Clark recomienda que la estenosis mitral severa se deba manejar con presión capilar pulmonar normal a alta, para mantener la presión adecuada de llenado ventricular y gasto cardíaco. La anestesia epidural debe ser utilizada para reducir el estrés y la taquicardia inducida. 
El parto por cesárea se reservará para las indicaciones obstétricas. Se recomienda una vigilancia estrecha durante las primeras 48 horas después del parto, ya que sigue existiendo el riesgo de edema pulmonar secundario al aumento del gasto cardiaco después del parto. 
La mortalidad materna asociada a estenosis mitral está estratificada por la clasificación de la NYHA: clase I 0,1%, clase II 0,3%, clase III 5,5% y clase IV 6%. La mayoría de pacientes está en las clases I o II, pero 12% a 25% de las pacientes se encuentran en las clases III o IV. 
Insuficiencia mitral 
La insuficiencia mitral ocurre en 7% de los pacientes con enfermedad cardiaca reumática, siendo en mujeres jóvenes la causa más frecuente el prolapso mitral.  El embarazo es generalmente bien tolerado por las pacientes con regurgitación mitral, y se ha teorizado que la regurgitación mitral puede mejorar durante el embarazo debido a la reducción fisiológica de la resistencia vascular sistémica. 
La insuficiencia mitral conlleva una sobrecarga de volumen, debido a que parte del volumen de eyección del ventrículo izquierdo regurgita a la aurícula izquierda; si la insuficiencia valvular se mantiene en el tiempo, la elongación miocárdica produce una hipertrofia excéntrica. 
La progresión de la insuficiencia mitral produce volúmenes crecientes del ventrículo izquierdo; esta situación puede llevar a un deterioro progresivo de la función ventricular e hipertensión de la aurícula izquierda. Como consecuencia de la regurgitación mitral, se produce aumento progresivo del volumen y de presión de la aurícula izquierda 
Dentro del manejo médico, la digoxina profiláctica ha sido utilizada en pacientes con insuficiencia severa . 
Las mujeres con insuficiencia mitral sintomática se pueden beneficiar de la cirugía de válvula mitral, preferentemente la reparación antes de quedar embarazadas. Sin embargo, la disfunción ventricular izquierda asociada con regurgitación mitral es poco probable que mejore después de la cirugía y que aumente el riesgo de la madre durante el embarazo.
Estenosis aórtica 
La mayoría de los casos son congénitos, con menor frecuencia reumática, cuando se asocia generalmente con estenosis mitral. El parto es seguro en pacientes con adecuada tolerancia funcional. La estenosis aórtica se presenta en solo 0,5% de las cardiopatías reumáticas. 
El embarazo está contraindicado si la paciente tiene estenosis aórtica severa asintomática, historia de estenosis aórtica sintomática, incluyendo insuficiencia cardiaca, síncope o paro cardíaco.
En la estenosis aórtica, el aumento de la frecuencia cardiaca y del volumen sanguíneo puede conducir al incremento de las presiones telediastólicas del ventrículo izquierdo y la aparición de signos de insuficiencia cardiaca e isquemia miocárdica. Además, dada la incapacidad de aumentar el gasto cardiaco que la lesión comporta, la caída de las resistencias vasculares sistémicas y los posibles cambios en la precarga pueden facilitar la aparición de episodios de hipotensión. 

Los síntomas comunes incluyen dolor en el pecho, debido a la disminución de la perfusión coronaria, síncope por disminución de la perfusión cerebral y falla cardiaca congestiva por aumento de la presión de la aurícula izquierda. 
Las pacientes con estenosis aórtica leve a moderada suelen ser asintomáticas; aquellas con estenosis aórtica severa deben ser consideradas para el alivio de la obstrucción mecánica, independientemente de su sintomatología. 
La valvuloplastia aórtica percutánea con balón puede ser realizada antes del embarazo o después de las 20 semanas de gestación, si la anatomía de la válvula es favorable. El reemplazo de la válvula aórtica es considerado un último recurso y se asocia a una pérdida significativa del feto y morbilidad materna. 
Insuficiencia aórtica 
La insuficiencia aórtica es generalmente bien tolerada en el embarazo y es debida a una válvula bicúspide o a un síndrome de Marfán.  En la insuficiencia aórtica hay sobrecarga de volumen en el ventrículo izquierdo, lo que ocasiona dilatación ventricular que produce hipertrofia ventricular, lo que hace que la relación grosor/radio del ventrículo izquierdo sea constante; con este mecanismo desplaza la sangre del ventrículo izquierdo y es por esto puede ser tolerada por largo tiempo. La insuficiencia cardíaca aparece cuando la sobrecarga diastólica dilata el ventrículo izquierdo, es decir, cuando la hipertrofia ya no puede ser el mecanismo compensatorio. Cuando la regurgitación es masiva al ventrículo izquierdo, existe un déficit de llenado a las arterias coronarias, que predispone a la isquemia. 
La insuficiencia aórtica moderada a severa puede llevar a dilatación ventricular e insuficiencia cardiaca congestiva. Los pacientes asintomáticos no requieren tratamiento. Los síntomas son los mismos que los de la insuficiencia cardiaca congestiva y responden al tratamiento estándar con digoxina, diuréticos y/o hidralazina. 
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los bloqueadores de los receptores de angiotensina  no deben ser usados, siendo sustituidos por nifedipino o hidralazina. La clave es evitar la sobrecarga de volumen. 
El síndrome de Marfán es condición autosómica dominante, con 50 por ciento de riesgo hereditario. Las características cardiovasculares del síndrome de Marfán incluyen prolapso de la válvula mitral, insuficiencia mitral, dilatación de la raíz aórtica e insuficiencia aórtica. El embarazo se asocia con mayor riesgo de disección y rotura aórtica . 
Debe evitarse el embarazo si la raíz aórtica es mayor de 4,5 cm. Durante la gestación se debe realizar ecocardiografía seriada y seguimiento de la raíz aórtica, restringir la actividad física y administrar tratamiento con betabloqueadores. 
Se recomienda un parto vaginal con anestesia epidural, a las mujeres con medidas de raíz aórtica de menos de 4 cm, a menos que existan indicaciones obstétricas para la cesárea. La analgesia epidural ayuda a limitar el aumento de la presión sistólica y diastólica, que acompaña al dolor y la ansiedad con las contracciones uterinas. Se recomienda terminar la gestación por cesárea electiva, si la raíz aórtica es mayor de 4 cm o existen pruebas de su dilatación con el embarazo. 
Bibliografía
ACHO-MEGO, Segundo Cecilio  y  PAREDES-SALAS, José Raúl. Consideraciones sobre cardiopatía adquirida y gestación. Rev. peru. ginecol. obstet. [online]. 2011, vol.57, n.3 [citado  2014-10-30], pp. 192-197 . Disponible en: <http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2304-51322011000300009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 2304-5132.


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