UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FES-ZARAGOZA
POSGRADO
ESPECIALIDAD EN ESTOMATOLOGÍA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL OÍDO
ANATOMIA
El
oído es el órgano de la audición y el equilibrio. Las partes del oído incluyen:
El
oído externo, formado
por:
El
pabellón auricular o la aurícula. Parte
externa del oído.
El
conducto auditivo externo. Conducto
que conecta el oído externo al oído interno u oído medio.
La
membrana timpánica (también llamada tímpano). Esta membrana separa el oído
externo del oído medio.
El
oído medio (cavidad timpánica), formado
por:
Los huesecillos. Tres pequeños huesos conectados
que transmiten las ondas sonoras al oído interno. Los huesos se llaman:
- Martillo
- Yunque
- Estribo
La
trompa de Eustaquio. Conducto
que une el oído medio con la parte posterior de la nariz. La trompa de
Eustaquio ayuda a equilibrar la presión en el oído medio. Se necesita de una
presión equilibrada para obtener una transferencia adecuada de las ondas
sonoras. La trompa de Eustaquio se encuentra recubierta por mucosa, al igual
que el interior de la nariz y la garganta.
Oído
interno, formado
por:
- La
cóclea (que
contiene los nervios de la audición).
- El
vestíbulo (que
contiene receptores para el equilibrio).
- Los
conductos semicirculares (que
contienen receptores para el equilibrio).
El
oído humano se encuentra dividido en oído externo, oído medio y oído interno.
Desde el oído interno salen las conexiones nerviosas que lo relacionan con el sistema
nervioso central principalmente por el nervio coclear y por el nervio
vestibular.
El
oído externo está formado por el pabellón auricular (PA) y el conducto auditivo externo (CAE). El PA es una
estructura constituida por cartílagos cubiertos de piel. Los cartílagos reciben
diferentes nombres siendo los más importantes, hélix, antihélix y el trago.
Están cubiertos de pericondrio, siendo el pericondrio del trago en su cara
posterior uno de los elementos usados para injerto en las operaciones de timpanoplastía.
La piel que los cubre no tiene celular subcutáneo de modo que las inflamaciones
de ésta pueden comprometer la vascularización del cartílago y favorecer las
pericondritis e incluso la necrosis. El lóbulo del pabellón es la única zona
que no posee cartílago. La irrigación está dada por ramas de la arteria
temporal superficial y auricular posterior. Los vasos linfáticos drenan a los ganglios
auriculares anterior, posterior e inferior. Los nervios motores que inervan los
diminutos músculos que rodean esta zona están dados por el nervio facial.
El
CAE en un conducto que se ubica entre el PA y la membrana timpánica
(MT).
Su largo es de 25 a 30 mm. Se divide en CAE cartilaginoso, continuación del PA y
ocupa un tercio del conducto y en CAE óseo, el cual ocupa los dos tercios
restantes.
La
piel que lo cubre es continuación de la del PA y contiene solo en su porción
más externa pelos y glándulas sudoríparas modificadas denominadas ceruminosas y
cuya función es producir el cerumen. En dirección a medial esta piel se
modifica pierde los folículos pilosos y
sus glándulas y termina en una piel extremadamente delgada. La vascularización
está dada por las arterias temporal superficial y auricular posterior, ramas de
la carótida externa. La inervación sensitiva del pabellón y CAE está dada por el
auricular mayor y occipital menor, auriculotemporal, nervio facial y vago.
El
oído medio se encuentra entre el oído externo y el oído interno. Es un espacio de
aire revestido por mucosa respiratoria y en cuyo interior se encuentra la
cadena osicular. Esta es formada por el martillo, el yunque y el estribo. El
martillo está íntimamente adherido a la MT de modo que es imposible un
movimiento de ésta sin un movimiento del martillo. La articulación del martillo
con el yunque y la de este con el estribo son rígidas, de modo que todo el
movimiento de estimulación de la MT se trasmite al estribo. Este se encuentra
en un espacio conocido como ventana oval la que está cerrada por la platina del
estribo. En el espacio de aire entre la ventana oval y la platina se encuentra
un ligamento anular que cierra este compartimento de aire (oído medio del oído
interno).
La
MT en una membrana semitransparente que separa el oído externo del oído medio.
Está formada por la pars tensa (constituida por piel, fibras elásticas radiales
y circulares y por mucosa) y por la pars flácida (sólo piel y mucosa). La pars
tensa es la más amplia y prácticamente se encuentra en los dos tercios de la
MT. La pars flácida se encuentra en la región superior de la MT.
El
nervio Chorda tympani (cuerda del tímpano), rama del nervio facial, pasa entre
el martillo y el yunque y es el responsable de llevar la inervación del gusto a
los
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anteriores de la lengua ipsilateral.
La
cadena osicular esta fija por varios ligamentos. Además al martillo llega el tendón
del músculo tensor del tímpano y al estribo el tendón del músculo del estribo.
El primero es inervado por el V par y el segundo por el VII par.
Las principales relaciones de la caja timpánica
son:
•
En la cara anterior, con la carótida interna y la trompa de Eustaquio
•
En la cara superior, separada por delgada capa de hueso, con la fosa media
•
En la cara posterior, con la mastoides y porción descendente del nervio facial
•
En la cara medial o interna, con el nervio facial, cóclea y canales semicirculares.
•
En la cara inferior, con el golfo de la vena yugular
•
En la cara lateral o externa, con el CAE a través de la MT
El
oído interno está formado en un espacio que deja el hueso temporal en la región
denominada hueso petroso. Al espacio se le denomina laberinto óseo y a la estructura
membranosa que existe en su interior se le denomina laberinto membranoso.
Entre
el laberinto óseo y el membranoso existe un líquido denominado perilinfa, un ultrafiltrado
sanguíneo de composición similar al LCR. En el interior del laberinto membranoso
existe otro líquido denominado endolinfa, producido por una estructura llamada
estría vascular. El sistema perilinfático desemboca en el espacio subaracnoídeo
a través del acueducto coclear, mientras que la endolinfa viaja a lo largo del
ducto endolinfático y se reabsorbe en un saco ciego llamado saco endolinfático,
ubicado en el espacio epidural. En el oído interno existen dos órganos, el
auditivo o coclear (ubicado en la cóclea o caracol) y el órgano del equilibrio
o vestibular. La región coclear es anterior y la vestibular es posterior.
El
laberinto membranoso anterior (coclear) presenta la forma de un conducto que da
dos y media vueltas en relación a una estructura central o modiolo y contiene
en su interior al Órgano de Corti, que es un mecanorreceptor. Este órgano
contiene a las células ciliadas (externas e internas) cuyas bases descansan
sobre la membrana basilar.
En
el otro extremo de estas células se encuentran sus cilios, los que se
encuentran en contacto con la membrana tectoria. Las células ciliadas reciben
inervación del ganglio espiral y la unión de estas terminaciones nerviosas
forman el nervio coclear, el que se dirige al tronco encefálico en un conducto
óseo conocido como conducto auditivo interno (CAI). Posteriormente sinapsis en
varios núcleos, en forma ipsi y contralateral. la vía auditiva asciende hacia
la corteza cerebral haciendo
El
laberinto membranoso coclear se continúa a posterior con dos estructuras membranosas
el utrículo y el sáculo. Ellas se encuentran en un espacio del hueso petroso
que se denomina vestíbulo. Hacia posterior se encuentran los laberintos membranosos
y óseos conocidos como los canales semicirculares (anterior, posterior y lateral).
Los tres canales semicirculares nacen y vuelven al utrículo y en uno de sus extremos
tienen una dilatación llamada ampolla, en donde, sobre la cresta ampular, se ubica
el neuroepitelio ciliado vestibular, cubierto por la cúpula gelatinosa. El
sáculo, el utrículo y los canales semicirculares conforman el laberinto
posterior o sistema vestibular. Las células ciliadas del neuroepitelio de estas
estructuras están en íntimo contacto con las primeras neuronas de la vía
vestibular, neuronas bipolares que se organizan en los nervios vestibulares
inferior y superior, los que transcurren por el CAI hacia el tronco encefálico.
En el tronco existen grandes núcleos vestibulares en el piso del cuarto
ventrículo, que a su vez presentan conexiones nerviosas con el cerebelo, la médula
espinal y pares craneanos oculomotores.
El
cuarto elemento nervioso del CAI lo forma el nervio facial. La disposición de los
nervios en el CAI es: nervio facial (anterior y superior), nervio coclear
(anterior e inferior). Los nervios vestibulares están en la región posterior
del CAI.
La platina del estribo se relaciona directamente
con el vestíbulo y por lo tanto su cara medial está en contacto con la
perilinfa.
FISIOLOGÍA
El
oído humano tiene la capacidad de percibir las frecuencias ubicadas entre 20 y
20.000 ciclos por segundo (Hz). En ambos extremos estas capacidades son muy deficientes.
Solo entre las frecuencias de 128 y 8000 Hz esta capacidad es mejor.
El
PA no representa ninguna utilidad real en la especie humana, a diferencia de algunos
animales como cérvidos, equinos y félidos que mueven sus orejas en 180 grados
lo que les permite determinar la dirección del sonido, aunque sabemos que existen
algunas claves de localización en base a la posición y sombra de la cabeza y la
forma de la oreja en la audición monoaural del hombre. Además se ha observado
que algunos hipoacúsicos ponen sus manos en el pabellón logrando un muy leve
aumento de la percepción sonora.
También
se sabe que un individuo con ausencia de pabellón oye a grandes rasgos en forma
normal.
El
CAE permite la introducción de las ondas sonoras y representa una cámara de resonancia
que es máxima a nivel de los 3.500 c/seg. También se sabe que la audición se
mantiene aunque exista un conducto auditivo filiforme y viene a alterarse sólo
cuando la oclusión es total. Si no existiera oído medio la onda sonora llegaría
directamente a estimular al vestíbulo. En esa zona existe una interfase
aire-líquido y por lo tanto el 99.9% de la energía de esa onda se perdería. La
razón fisiológica del oído medio es la de ser un ajustador de las diferentes
impedancias de esa interfase. Para lo anterior dispone de dos mecanismos. El
primero y más importante es la diferencia superficie entre la MT y la platina
del estribo (17 veces más grande) y el segundo es un mecanismo de palanca que se
origina por un eje de rotación de los 2 primeros huesos timpánicos. Este eje se
forma por la diferencia de longitud y los mecanismos de unión que presentan y
representa una amplificación de 1.3 veces. Ambos mecanismos evitan la pérdida
de alrededor de 26 dB. La MT vibra de diferentes maneras según sea la
frecuencia de estimulación.
Podemos
decir que una lesión del tímpano producirá una pérdida de hasta 30 dB, sobre 30
dB implica lesión de huesecillos, y si no existe juego de ventanas hasta 60 dB.
Si la pérdida es mayor implica en general que existe lesión en oído interno.
La
adecuada función de la trompa de Eustaquio permite la mantención de la presión
atmosférica dentro del oído medio (función de ventilación). De esta manera se compensa
la capacidad de absorción de gases de la mucosa del oído medio impidiendo una
posible retracción de la MT, lo que significaría una disminución de la función auditiva.
La otra función de la trompa de Eustaquio es la capacidad de eliminar secreciones
e impedir la entrada de estas al oído medio. La trompa esta normalmente cerrada
pero durante la deglución y el bostezo los músculos periestafilinos (elevadores
del paladar blando) permiten su apertura. Como los líquidos no pueden ser
comprimidos, si un movimiento de pistón a nivel de la platina del estribo
(ventana redonda) empuja a la perilinfa esta se desplazará, y la membrana de la
ventana redonda se moverá en sentido inverso. Esto es lo que se llama juego de
ventanas y es fundamental para una adecuada audición. Si un sonido llegara a
estimular simultáneamente la ventana oval y la redonda, no podría existir audición
normal.
El
movimiento de la perilinfa inicia una onda denominada viajera la que tiene su máximo
desplazamiento en un punto determinado y que depende de la frecuencia del estimulo.
De este modo las frecuencias agudas estimulan la cóclea en la zona más cercana
al estribo y las frecuencias graves en la zona más alejada de esta. Esta distribución
se conoce como distribución tonotópica. El punto de mayor desplazamiento significa
un movimiento de la membrana basilar que al sostiene al órgano de corti y un desplazamiento
de los cilios de las células ciliadas. Este es el último evento mecánico de la
audición siendo la célula ciliada un transductor ya que cambia un impulso mecánico
en un impulso eléctrico. La variedad de frecuencia sería trasmitida por una alteración
de la fibra, ya que el periodo refractario de ella es de 1/1000. La intensidad depende
del número de fibras estimuladas lo que es función de las células ciliadas.
Estas se estimulan en forma aparentemente diferente. A intensidad suave lo
hacen las células ciliadas externas, a mayor intensidad las células externas en
mayor número y las internas solo a intensidades superiores. La primera neurona
de la vía auditiva está formada por las células del ganglio espiral de las
cuales salen prolongaciones que se distribuyen en las células ciliadas por un
lado y por el otro lado se van uniendo con otras para formar el nervio coclear.
Este nervio se ubica en el CAI y penetra a nivel del ángulo pontocerebeloso en
la zona bulbo protuberancial dividiéndose en dos troncos. Unas van al núcleo
auditivo ventral y otro al dorsal. De ellos salen otras fibras. En números
semejantes vuelven a dividirse en dos grupos. Uno asciende por el mismo lado y
el otro se entrecruza al lado contrario. A nivel de la corteza cerebral existen
dos áreas primarias auditivas ubicadas en el fondo de la cisura de Silvio de
cada lado, en el llamado lóbulo de la ínsula. Estas áreas son simultáneamente
estimuladas aunque el estimulo solo sea en un oído. La situación de entrecruzamiento
de la vía auditiva significa poca probabilidad de lesión auditiva por daño de
origen central.
El funcionamiento del sistema vestibular es
complejo. Los canales semicirculares detectan los cambios de posición en
sentido angular, es decir detectan los giros, en los tres ejes del espacio. En
cambio el utrículo y el sáculo, al tener sus máculas (agrupación de células
neuroepiteliales) en el piso en el caso del utrículo, y en la pared medial, en
el caso del sáculo, detectan los cambios de posición o aceleraciones lineales horizontales
(utrículo) o verticales (sáculo). El neuroepitelio de las crestas ampulares y de
las máculas se conecta a través de una sinapsis colinérgica, con la primera
neurona de la vía vestibular, la que a su vez hace sinapsis con la segunda
neurona a nivel bulbar, en los núcleos vestibulares. Como ya se mencionó, desde
ahí surgen al menos 3 importantes vías. La vía vestíbulo oculomotora, es la responsable
del nistagmo, es la que coordina o influye entre los sistemas vestibular y oculomotor.
Esta vía conecta con el núcleo del VI par contralateral y con el núcleo del III
par craneano ipsilateral. La vía vestíbulo cerebelosa es la responsable de
informar al cerebelo sobre el acontecer vestibular y el cerebelo modula y
coordina las respuestas vestibulares. La vía vestíbulo espinal informa al
aparato locomotor sobre la situación vestibular (equilibrio) y elabora
respuestas y reflejos posturales, destinados a conservar la posición del cuerpo
en el espacio.
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