martes, 16 de septiembre de 2014

Tarea. Sordera. JCN

UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTONOMA DE MEXICO


FES ZARAGOZA

Especialización en Estomatología
 del Niño y del Adolescente


Sordera

Seminario Monográfico de Diagnostico Integral
ESP. José Luis Uribe Piña


Jacqueline Canela Nila



INTRODUCCIÓN
La sordera, pérdida de audición o hipoacusia es un trastorno habitual. Puede tener un curso agudo (repentino) o crónico (progresivo) y conllevar daños transitorios o permanentes en el oído afecto. En cierta medida constituye un síntoma de vejez, por lo que los ancianos la sufren con mayor frecuencia que los jóvenes.

OBJETIVO
·         Conocer el abordaje de las personas que presentan sordera.

DEFINICIÓN
Sordera. Incapacidad de oír. Pueden ser hereditarios o estar causados por la rubéola materna, algunas complicaciones del parto, ciertas enfermedades infecciosas como la meningitis, el uso de medicamentos ototóxicos, la exposición a ruidos o sonidos excesivos y el envejecimiento.
ETIOLOGÍA
Las causas de las deficiencias auditivas o hipoacusias podemos analizarlas cronológicamente, clasificándolas en:
·         Causas prenatales. Se presentan ya en el claustro materno y podemos clasificarlas de dos tipos: hereditarias y adquiridas.
a) Origen hereditario-genético: Afecta a uno de cada 4.000 nacidos y pueden presentarse aisladas (tanto dominantes como recesivas) o asociadas a otros síndromes o patologías.
b) Adquiridas: Tienen su origen en procesos infecciosos como rubéola, toxoplasmosis, sífilis, etc. o bien en la administración de fármacos ototóxicos a la madre, que pueden llegar por vía trasplacentaria al feto.
·         Causas neonatales. En ocasiones no están muy claros y dependen de múltiples factores interrelacionados Podemos centrar las causas neonatales en cuatro: anoxia neonatal, ictericia neonatal, prematuridad y traumatismo obstétrico.

·         Causas Postnatales. Todas aquellas hipoacusias que aparecerán a lo largo de la vida de una persona, destacando como causas más importantes la meningitis, la laberintitis, el sarampión, la varicela, la parotiditis, así como la exposición a sustancias ototóxicas, especialmente de carácter farmacológico.

·          
EPIDEMIOLOGIA
Más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante o moderada (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante. La máxima prevalencia en ese grupo de edad se registra en Asia meridional, Asia-Pacífico y el África subsahariana.

CLASIFICACION
1. Según la localización:
a)    H. de conducción o de transmisión.- La lesión se localiza en el oído externo o medio.
b)    b) H. de percepción o neorosensorial.- La lesión se localiza en el oído interno, el nervio auditivo o bien en la corteza cerebral.
c)    c) H. mixtas.- La lesión se localiza tanto en los órganos de transmisión como en los de percepción.
2. Según el grado de pérdida auditiva:
a)    Leve (entre 20 – 40 dB). El lenguaje del sujeto es correcto y solo aparecen simples alteraciones fonéticas.
b)    Moderada (entre 40 – 70 dB). Se pueden presentar en el sujeto alteraciones fonéticas y prosódicas de mayor importancia, su vocabulario será pobre y tendrá alteraciones estructurales en la sintaxis.
c)    Severa (entre 70 – 90 dB).- El sujeto no tiene la capacidad necesaria para oir adecuadamente el lenguaje y por ello su nivel de lenguaje será muy pobre o carecerá de él. d) Hipoacusia profunda (más de 90 dB).- Imposibilidad de adquirir el lenguaje a ningún nivel de manera expontanea.
3. Según el momento de aparición:
a)    Prelocutiva. La pérdida auditiva está presente al nacer el niño o aparece con anterioridad a la adquisición del lenguaje y por tanto el niño es incapaz de aprender a hablar.
b)    Postlocutiva. La pérdida auditiva aparece con posterioridad a la adquisición del lenguaje, produciéndose de manera progresiva alteraciones fonéticas y prosódicas así como alteraciones de la voz.

DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la sordera es efectuado por el otorrinolaringólogo, y para éste se requieren diversas pruebas. En un primer momento, el médico interroga al paciente en profundidad sobre los síntomas y patologías previas. Es relevante saber, cuándo se detectó por primera vez la pérdida de audición o si hay presencia de otras molestias asociadas. El otorrino lleva a cabo una exploración física que incluye diversos exámenes, como por ejemplo una acumetría.
Con el fin de efectuar un diagnóstico más preciso de la sordera, el médico lleva a cabo diversas pruebas de audición que le ayudan a averiguar la capacidad auditiva para los diferentes tonos (frecuencias). El otorrino determina los tonos mínimos que el paciente es capaz de percibir. Los datos se introducen en una grafica donde la intensidad del estimulo es el eje Y (ordenadas) y el tono (frecuencia) es el eje X (abscisas); el resultado obtenido es la curva de audición, que permite extraer conclusiones sobre la pérdida auditiva.
TRATAMIENTO
Varia considerablemente en función de sus causas. No obstante, lo habitual es que se requiera un tratamiento específico, que puede incluir terapia farmacológica, cirugía o la utilización de un audífono. Estos últimos se colocan detrás de la oreja o de manera más discreta en el interior del oído. Un técnico audioprotesista asesora sobre las diferentes opciones y se encarga de adaptar el audífono.
La psicoterapia es recomendable cuando la pérdida de audición es consecuencia del estrés, o en aquellos casos en que el paciente padece un estado depresivo debido a las limitaciones en su vida social.
BIBLIOGRAFÍA

http://www.onmeda.es/enfermedades/sordera.html

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