UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTONOMA DE MEXICO
FES ZARAGOZA
Especialización en Estomatología
del Niño y del Adolescente
Sordera
Seminario Monográfico de Diagnostico Integral
ESP. José Luis Uribe Piña
Jacqueline Canela Nila
INTRODUCCIÓN
La sordera, pérdida de audición o hipoacusia es un
trastorno habitual. Puede tener un curso agudo (repentino) o crónico
(progresivo) y conllevar daños transitorios o permanentes en el oído afecto. En
cierta medida constituye un síntoma de vejez, por lo que los ancianos la sufren
con mayor frecuencia que los jóvenes.
OBJETIVO
·
Conocer
el abordaje de las personas que presentan sordera.
DEFINICIÓN
Sordera. Incapacidad de oír.
Pueden ser hereditarios o estar causados por la rubéola materna, algunas
complicaciones del parto, ciertas enfermedades infecciosas como la meningitis,
el uso de medicamentos ototóxicos, la exposición a ruidos o sonidos excesivos y
el envejecimiento.
ETIOLOGÍA
Las causas de las deficiencias
auditivas o hipoacusias podemos analizarlas cronológicamente, clasificándolas
en:
·
Causas
prenatales. Se presentan ya en el claustro materno y podemos clasificarlas de
dos tipos: hereditarias y adquiridas.
a) Origen hereditario-genético: Afecta
a uno de cada 4.000 nacidos y pueden presentarse aisladas (tanto dominantes
como recesivas) o asociadas a otros síndromes o patologías.
b) Adquiridas: Tienen su origen en
procesos infecciosos como rubéola, toxoplasmosis, sífilis, etc. o bien en la
administración de fármacos ototóxicos a la madre, que pueden llegar por vía
trasplacentaria al feto.
·
Causas
neonatales. En ocasiones no están muy claros y dependen de múltiples factores
interrelacionados Podemos centrar las causas neonatales en cuatro: anoxia
neonatal, ictericia neonatal, prematuridad y traumatismo obstétrico.
·
Causas
Postnatales. Todas aquellas hipoacusias que aparecerán a lo largo de la vida de
una persona, destacando como causas más importantes la meningitis, la
laberintitis, el sarampión, la varicela, la parotiditis, así como la exposición
a sustancias ototóxicas, especialmente de carácter farmacológico.
·
Más del 5% de la población mundial (360 millones de personas)
padece pérdida de audición
discapacitante o moderada (328 millones de adultos y 32 millones de niños).
Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece
pérdida de audición discapacitante. La máxima prevalencia en ese grupo de edad
se registra en Asia meridional, Asia-Pacífico y el África subsahariana.
CLASIFICACION
1. Según la localización:
a)
H.
de conducción o de transmisión.- La lesión se localiza en el oído externo o
medio.
b)
b)
H. de percepción o neorosensorial.- La lesión se localiza en el oído interno,
el nervio auditivo o bien en la corteza cerebral.
c)
c)
H. mixtas.- La lesión se localiza tanto en los órganos de transmisión como en
los de percepción.
2. Según el grado de pérdida auditiva:
a)
Leve
(entre 20 – 40 dB). El lenguaje del sujeto es correcto y solo aparecen simples
alteraciones fonéticas.
b)
Moderada
(entre 40 – 70 dB). Se pueden presentar en el sujeto alteraciones fonéticas y
prosódicas de mayor importancia, su vocabulario será pobre y tendrá alteraciones
estructurales en la sintaxis.
c)
Severa
(entre 70 – 90 dB).- El sujeto no tiene la capacidad necesaria para oir
adecuadamente el lenguaje y por ello su nivel de lenguaje será muy pobre o
carecerá de él. d) Hipoacusia profunda (más de 90 dB).- Imposibilidad de
adquirir el lenguaje a ningún nivel de manera expontanea.
3. Según el momento de aparición:
a)
Prelocutiva.
La pérdida auditiva está presente al nacer el niño o aparece con anterioridad a
la adquisición del lenguaje y por tanto el niño es incapaz de aprender a
hablar.
b)
Postlocutiva.
La pérdida auditiva aparece con posterioridad a la adquisición del lenguaje, produciéndose
de manera progresiva alteraciones fonéticas y prosódicas así como alteraciones
de la voz.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la sordera es efectuado por el
otorrinolaringólogo, y para éste se requieren diversas pruebas. En un primer
momento, el médico interroga al paciente en profundidad sobre los síntomas y
patologías previas. Es relevante saber, cuándo se detectó por primera vez la
pérdida de audición o si hay presencia de otras molestias asociadas. El
otorrino lleva a cabo una exploración física que incluye diversos exámenes,
como por ejemplo una acumetría.
Con el fin de efectuar un diagnóstico más preciso de la sordera, el médico lleva a cabo diversas pruebas de audición que le ayudan a averiguar la capacidad auditiva para
los diferentes tonos (frecuencias). El otorrino determina los tonos mínimos que
el paciente es capaz de percibir. Los datos se introducen en una grafica donde
la intensidad del estimulo es el eje Y (ordenadas) y el tono (frecuencia) es el
eje X (abscisas); el resultado obtenido es la curva de audición, que permite
extraer conclusiones sobre la pérdida auditiva.
TRATAMIENTO
Varia considerablemente en
función de sus causas. No obstante, lo habitual es que se requiera un
tratamiento específico, que puede incluir terapia farmacológica, cirugía o la
utilización de un audífono. Estos últimos se colocan detrás de la oreja o de
manera más discreta en el interior del oído. Un técnico audioprotesista asesora
sobre las diferentes opciones y se encarga de adaptar el audífono.
La psicoterapia es recomendable cuando la pérdida de audición es consecuencia del estrés, o en aquellos casos en que el
paciente padece un estado depresivo
debido a las limitaciones en su vida social.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.onmeda.es/enfermedades/sordera.html
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