“SORDERA ”
MODULO:
Seminario Monográfico de Diagnóstico Integral
ALUMNA:
Ramirez Olguin Fabiola Lariza
PROFESOR:
ESP. José Luis Uribe Piña
INTRODUCCION:
Se
dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien
como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de
audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición
puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y
entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.
Las
personas ‘duras de oído’ son personas cuya pérdida de audición es entre leve y
grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como
ayuda audífonos, subtítulos y dispositivos de ayuda auditiva. Para las personas
con una pérdida de audición mayor pueden ser útiles los implantes cocleares.
Las
personas ‘sordas’ suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que
significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante el lenguaje
de signos.
DEFINICION:
Se entiende una pérdida de audición aquella
que es superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos y superior
a 30dB en el oído con mejor audición en los niños.
CLASIFICACION:
En términos de la capacidad auditiva, se habla
de hipoacusia y de sordera.
Hipoacusia:
Pérdida auditiva de leve (ligera) a moderada (media); no obstante, resulta
funcional para la vida diaria; siendo necesario el uso de auxiliares auditivos,
entre otros elementos para optimizar los restos auditivos.
Las personas que
presentan hipoacusia pueden adquirir el lenguaje oral a través de la
información que reciben por vía auditiva.
Sordera: Pérdida auditiva de severa a profunda, donde la
audición no es funcional para la vida diaria aun con auxiliares auditivos; la
adquisición del lenguaje oral no se da de manera natural. Los alumnos y alumnas
con este tipo de perdida utilizan principalmente el canal visual para recibir
la información, para aprender y para comunicarse, por lo que la Lengua de Señas
es la lengua natural de las personas con esta condición.
ETIOLOGÍA:
Las causas de pérdida de audición y sordera se
pueden dividir en congénitas y adquiridas.
Causas congénitas
Las causas
congénitas determinan la pérdida de audición en el momento del nacimiento o
poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y
no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre
ellas:
- rubéola materna, sífilis u otras infecciones
durante el embarazo;
- bajo peso al nacer;
- asfixia del parto (falta de oxígeno en el
momento del parto)
- uso inadecuado de medicamentos ototóxicos
(como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y
diuréticos) durante el embarazo; e
- ictericia grave durante el período neonatal,
que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido.
Causas adquiridas
Las causas
adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.
- Algunas enfermedades infecciosas, por ejemplo
la meningitis, el sarampión y la parotiditis, pueden ocasionar pérdida de
audición, principalmente en la niñez, pero también ulteriormente.
- La infección crónica del oído, que
generalmente se manifiesta por supuración ótica, puede causar pérdida de
audición. En algunos casos esa infección puede conllevar complicaciones
graves, tales como absceso cerebral o meningitis, que pongan en peligro la
vida.
- La presencia de líquido en el oído (otitis
media) puede causar pérdida de audición.
- El uso de medicamentos ototóxicos a cualquier
edad, incluidos antibióticos y antipalúdicos, puede provocar daños en el
oído interno.
- Los traumatismos craneoencefálicos o de los
oídos pueden causar pérdida de audición.
- La exposición al ruido excesivo, por ejemplo
el de una maquinaria ruidosa o la música a un volumen muy alto, así como
otros ruidos fuertes, como disparos o explosiones, pueden menoscabar la
audición.
- La pérdida de audición relacionada con el
envejecimiento (presbiacusia) se debe a una degeneración de las células
sensoriales.
- La obstrucción del conducto auditivo producida
por cerumen o cuerpos extraños puede causar pérdida de audición a
cualquier edad. Ese trastorno suele ser leve y se puede corregir fácilmente.
En los
niños, la otitis media crónica es la principal causa de pérdida de audición.
EPIDEMIOLOGIA:
360 millones de personas padecen pérdida de
audición discapacitante en todo el mundo.
Más
del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de
audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Por
pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior
a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el
oído con mejor audición en los niños. La mayoría de esas personas vive en
países de ingresos bajos y medianos.
Aproximadamente
una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición
discapacitante. La máxima prevalencia en ese grupo de edad se registra en Asia
meridional, Asia-Pacífico y el África subsahariana
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico
de la sordera
es efectuado por el otorrinolaringólogo, y para éste se requieren diversas
pruebas. En un primer momento, el médico interroga al paciente en profundidad
sobre los síntomas y patologías previas (anamnesis). Es relevante saber, por
ejemplo, cuándo se detectó por primera vez la pérdida de audición o si hay
presencia de otras molestias asociadas. Antes de determinar con precisión la capacidad auditiva por medio de una prueba de audición, el otorrino lleva a cabo una
exploración física que incluye diversos exámenes, como por ejemplo una
acumetría. Este método de evaluación mediante diapasones permite arrojar luz
sobre el tipo de pérdida auditiva
(conductiva, neurosensorial) de que se trata una vez ha sido diagnosticada. Por
medio de un otoscopio, el facultativo detecta posibles anomalías físicas en el oído.
Con el fin de efectuar un diagnóstico más preciso de la sordera, el médico lleva a cabo diversas pruebas de
audición que le
ayudan a averiguar la capacidad auditiva
para los diferentes tonos (frecuencias). El otorrino determina los tonos
mínimos que el paciente es capaz de percibir. Los datos se introducen en un con
la intensidad del estimulo en el eje Y (ordenadas) y el tono (frecuencia) en el
eje X (abscisas); el resultado obtenido es la curva de audición, que permite
extraer conclusiones sobre la pérdida auditiva.
Si el paciente solo es capaz de
percibir los tonos a una intensidad elevada, la curva de audición obtenida se
aleja de la curva normal. El audiograma permite al médico calcular la pérdida
de audición en decibelios.
CARACTERÍSTICAS
CLÍNICAS:
En algunos casos, la persona sorda presenta
además otros rasgos o características que determinan un síndrome genético; por
ejemplo, un mechón blanco en el pelo y ojos de diferente color o de color
inusualmente claro son característicos del Síndrome de Waardenburg; en el
Síndrome de Usher se encuentran defectos visuales y en el Síndrome de Alport,
anomalías en la función de los riñones. Hay más de 400 síndromes genéticos
conocidos que cursan con hipoacusia, cada uno de ellos causado por un gen
diferente y con distintas formas de herencia.
TRATAMIENTO MEDICO :
Un
gran porcentaje de las personas que sufren pérdida de audición podrían mejorar
su situación mediante la detección e intervención tempranas y el tratamiento
adecuado.
La
detección e intervención tempranas son los factores más importantes para
minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el
rendimiento escolar del niño. En los lactantes y niños pequeños con pérdida de
audición, la detección y el tratamiento tempranos en el marco de programas de
detección auditiva neonatal pueden mejorar los resultados lingüísticos y
escolares del niño. Los niños sordos deberían tener la oportunidad de aprender
el lenguaje de los signos junto con sus familias.
La
detección de las enfermedades del oído y la pérdida de audición en los ámbitos
preescolar, escolar y profesional también puede ser eficaz para identificar y
tratar la pérdida de audición en una etapa temprana.
La
situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la
utilización audífonos, dispositivos de ayuda auditiva e implantes cocleares. La
logoterapia, la reeducación auditiva y otros servicios conexos también pueden
ser beneficiosos. Ahora bien, la producción actual de audífonos satisface menos
del 10% de las necesidades mundiales. En los países en desarrollo, menos del
40% de las personas que necesitan audífonos los tienen. En entornos de ingresos
bajos, la falta de baterías y de servicios de ajuste y mantenimiento de los
audífonos es también un obstáculo importante. En todo el mundo, muchas personas
que sufren pérdida de audición se beneficiarían del acceso a audífonos
asequibles y adecuadamente adaptados, así como a servicios de seguimiento.
Las
personas que padecen pérdida de audición pueden aprender a comunicarse mediante
la lectura de los labios, los textos escritos o impresos y el lenguaje de
signos. La enseñanza del lenguaje de signos beneficiará a los niños con pérdida
de audición, y los subtítulos y la interpretación al lenguaje de signos en la
televisión facilitarán el acceso a la información.
El
reconocimiento oficial de los lenguajes de signos nacionales y el aumento del
número de intérpretes de esos lenguajes es importante para mejorar el acceso a los
servicios de lenguaje de signos. Las leyes de derechos humanos y otras medidas
de protección pueden contribuir a velar por la mejor integración social de las
personas con pérdida de audición.
TRATAMIENTO
ESTOMATOLÓGICO:
ü Establecer una
excelente comunicación con el paciente y sus padres
ü Anamnesis
ü Utilizar recursos
visuales
ü Hablar lentamente y
de frente al paciente para que este pueda leer nuestros labios.
ü Evitar bloquear el
campo visual
ü Utilizar técnica de
modelamiento y refuerzo positivo
PRONOSTICO:
Favorable
COMPLICACIONES:
No poder establecer una
adecuada comunicación con nuestro paciente
CONCLUSIONES:
La OMS ayuda a los Estados Miembros a
desarrollar programas de atención primaria relativos al oído y la audición,
integrados en el sistema de atención primaria de salud de los países. La labor
de la OMS consiste en:
- alentar y orientar a los Estados Miembros en
lo concerniente a la elaboración y ejecución de planes nacionales de
atención primaria del oído y la audición;
- proporcionar orientación y recursos técnicos
para capacitar a los trabajadores de la salud en materia de atención
primaria de trastornos del oído y la audición;
- formular y difundir recomendaciones para
combatir las principales causas prevenibles de la pérdida de audición;
- forjar alianzas para ofrecer audífonos y
servicios relacionados con la audición asequibles;
- promover la sensibilización respecto de la
magnitud, las causas y las consecuencias de la pérdida de audición, así
como de las posibilidades de prevención, detección y tratamiento;
- recopilar datos sobre la sordera y la pérdida
de audición, con el fin de demostrar la magnitud y las consecuencias del
problema, y
- promover la inclusión social de las personas
con discapacidad, incluidas las que padecen pérdida de audición y sordera,
por ejemplo, mediante redes y programas comunitarios de rehabilitación.
RECOMENDACIONES:
Prevención
La
prevención primaria puede evitar la mitad de los casos de pérdida de audición.
Algunas estrategias de prevención sencillas consisten en:
- vacunar a los niños contra las enfermedades de
la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la
parotiditis;
- administrar la vacuna contra la rubéola a las
adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden
embarazadas;
- efectuar pruebas para detectar y tratar la
sífilis y otras infecciones en las embarazadas;
- mejorar la atención prenatal y perinatal, en
particular mediante la promoción de los partos sin riesgos;
- evitar el uso de medicamentos ototóxicos, a
menos que sea prescrito y supervisado por un médico;
- remitir al servicio pertinente a los bebés que
presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes
familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido
asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una
evaluación y diagnóstico tempranos y dispensarles el tratamiento adecuado,
según proceda, y
- reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto
en el trabajo como en actividades recreativas) mediante la sensibilización
de la población, la utilización de dispositivos de protección personal y
el desarrollo y la aplicación de legislación apropiada.
La pérdida
de audición debida a la otitis media se puede prevenir por medio de buenas
prácticas de cuidado de los oídos y la audición. Es posible tratarla
adecuadamente mediante la detección temprana, seguida del tratamiento médico o
quirúrgico apropiado.
BIBLIOGRAFÍA
:
·
NEUROLOGÍA PEDIÁTRICA, FEJERMAN , EDITORIAL
MEDICA PANAMERICANA , CLASIFICACIÓN RJ486.
·
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs300/es/
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