martes, 16 de septiembre de 2014


“SORDERA ”

MODULO: Seminario Monográfico de Diagnóstico Integral

ALUMNA: Ramirez Olguin Fabiola Lariza

PROFESOR: ESP. José Luis Uribe Piña

INTRODUCCION:

Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.

Las personas ‘duras de oído’ son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, subtítulos y dispositivos de ayuda auditiva. Para las personas con una pérdida de audición mayor pueden ser útiles los implantes cocleares.

Las personas ‘sordas’ suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante el lenguaje de signos.

DEFINICION:

Se entiende una pérdida de audición aquella que es superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños.

CLASIFICACION:

 En términos de la capacidad auditiva, se habla de hipoacusia y de sordera.

Hipoacusia: Pérdida auditiva de leve (ligera) a moderada (media); no obstante, resulta funcional para la vida diaria; siendo necesario el uso de auxiliares auditivos, entre otros elementos para optimizar los restos auditivos.

Las personas que presentan hipoacusia pueden adquirir el lenguaje oral a través de la información que reciben por vía auditiva.

Sordera: Pérdida auditiva de severa a profunda, donde la audición no es funcional para la vida diaria aun con auxiliares auditivos; la adquisición del lenguaje oral no se da de manera natural. Los alumnos y alumnas con este tipo de perdida utilizan principalmente el canal visual para recibir la información, para aprender y para comunicarse, por lo que la Lengua de Señas es la lengua natural de las personas con esta condición.

ETIOLOGÍA:

 Las causas de pérdida de audición y sordera se pueden dividir en congénitas y adquiridas.

Causas congénitas

Las causas congénitas determinan la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre ellas:

  • rubéola materna, sífilis u otras infecciones durante el embarazo;
  • bajo peso al nacer;
  • asfixia del parto (falta de oxígeno en el momento del parto)
  • uso inadecuado de medicamentos ototóxicos (como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos) durante el embarazo; e
  • ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido.

Causas adquiridas

Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.

  • Algunas enfermedades infecciosas, por ejemplo la meningitis, el sarampión y la parotiditis, pueden ocasionar pérdida de audición, principalmente en la niñez, pero también ulteriormente.
  • La infección crónica del oído, que generalmente se manifiesta por supuración ótica, puede causar pérdida de audición. En algunos casos esa infección puede conllevar complicaciones graves, tales como absceso cerebral o meningitis, que pongan en peligro la vida.
  • La presencia de líquido en el oído (otitis media) puede causar pérdida de audición.
  • El uso de medicamentos ototóxicos a cualquier edad, incluidos antibióticos y antipalúdicos, puede provocar daños en el oído interno.
  • Los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos pueden causar pérdida de audición.
  • La exposición al ruido excesivo, por ejemplo el de una maquinaria ruidosa o la música a un volumen muy alto, así como otros ruidos fuertes, como disparos o explosiones, pueden menoscabar la audición.
  • La pérdida de audición relacionada con el envejecimiento (presbiacusia) se debe a una degeneración de las células sensoriales.
  • La obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños puede causar pérdida de audición a cualquier edad. Ese trastorno suele ser leve y se puede corregir fácilmente.

En los niños, la otitis media crónica es la principal causa de pérdida de audición.

EPIDEMIOLOGIA:

360 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante en todo el mundo.

Más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Por pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. La mayoría de esas personas vive en países de ingresos bajos y medianos.

Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante. La máxima prevalencia en ese grupo de edad se registra en Asia meridional, Asia-Pacífico y el África subsahariana

 

DIAGNÓSTICO:

 

El diagnóstico de la sordera es efectuado por el otorrinolaringólogo, y para éste se requieren diversas pruebas. En un primer momento, el médico interroga al paciente en profundidad sobre los síntomas y patologías previas (anamnesis). Es relevante saber, por ejemplo, cuándo se detectó por primera vez la pérdida de audición o si hay presencia de otras molestias asociadas. Antes de determinar con precisión la capacidad auditiva por medio de una prueba de audición, el otorrino lleva a cabo una exploración física que incluye diversos exámenes, como por ejemplo una acumetría. Este método de evaluación mediante diapasones permite arrojar luz sobre el tipo de pérdida auditiva (conductiva, neurosensorial) de que se trata una vez ha sido diagnosticada. Por medio de un otoscopio, el facultativo detecta posibles anomalías físicas en el oído.

Con el fin de efectuar un diagnóstico más preciso de la sordera, el médico lleva a cabo diversas pruebas de audición que le ayudan a averiguar la capacidad auditiva para los diferentes tonos (frecuencias). El otorrino determina los tonos mínimos que el paciente es capaz de percibir. Los datos se introducen en un con la intensidad del estimulo en el eje Y (ordenadas) y el tono (frecuencia) en el eje X (abscisas); el resultado obtenido es la curva de audición, que permite extraer conclusiones sobre la pérdida auditiva.

Si el paciente solo es capaz de percibir los tonos a una intensidad elevada, la curva de audición obtenida se aleja de la curva normal. El audiograma permite al médico calcular la pérdida de audición en decibelios.

 

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS:

 En algunos casos, la persona sorda presenta además otros rasgos o características que determinan un síndrome genético; por ejemplo, un mechón blanco en el pelo y ojos de diferente color o de color inusualmente claro son característicos del Síndrome de Waardenburg; en el Síndrome de Usher se encuentran defectos visuales y en el Síndrome de Alport, anomalías en la función de los riñones. Hay más de 400 síndromes genéticos conocidos que cursan con hipoacusia, cada uno de ellos causado por un gen diferente y con distintas formas de herencia.

 

TRATAMIENTO MEDICO :

Un gran porcentaje de las personas que sufren pérdida de audición podrían mejorar su situación mediante la detección e intervención tempranas y el tratamiento adecuado.

La detección e intervención tempranas son los factores más importantes para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño. En los lactantes y niños pequeños con pérdida de audición, la detección y el tratamiento tempranos en el marco de programas de detección auditiva neonatal pueden mejorar los resultados lingüísticos y escolares del niño. Los niños sordos deberían tener la oportunidad de aprender el lenguaje de los signos junto con sus familias.

La detección de las enfermedades del oído y la pérdida de audición en los ámbitos preescolar, escolar y profesional también puede ser eficaz para identificar y tratar la pérdida de audición en una etapa temprana.

La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización audífonos, dispositivos de ayuda auditiva e implantes cocleares. La logoterapia, la reeducación auditiva y otros servicios conexos también pueden ser beneficiosos. Ahora bien, la producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales. En los países en desarrollo, menos del 40% de las personas que necesitan audífonos los tienen. En entornos de ingresos bajos, la falta de baterías y de servicios de ajuste y mantenimiento de los audífonos es también un obstáculo importante. En todo el mundo, muchas personas que sufren pérdida de audición se beneficiarían del acceso a audífonos asequibles y adecuadamente adaptados, así como a servicios de seguimiento.

Las personas que padecen pérdida de audición pueden aprender a comunicarse mediante la lectura de los labios, los textos escritos o impresos y el lenguaje de signos. La enseñanza del lenguaje de signos beneficiará a los niños con pérdida de audición, y los subtítulos y la interpretación al lenguaje de signos en la televisión facilitarán el acceso a la información.

El reconocimiento oficial de los lenguajes de signos nacionales y el aumento del número de intérpretes de esos lenguajes es importante para mejorar el acceso a los servicios de lenguaje de signos. Las leyes de derechos humanos y otras medidas de protección pueden contribuir a velar por la mejor integración social de las personas con pérdida de audición.

 

 

 

 

TRATAMIENTO ESTOMATOLÓGICO:

 

ü  Establecer una excelente comunicación con el paciente y sus padres

ü  Anamnesis

ü  Utilizar recursos visuales

ü  Hablar lentamente y de frente al paciente para que este pueda leer nuestros labios.

ü  Evitar bloquear el campo visual

ü  Utilizar técnica de modelamiento y refuerzo positivo

 

 

PRONOSTICO:

Favorable

 

COMPLICACIONES:

No poder establecer una adecuada comunicación con nuestro paciente

 

CONCLUSIONES:

 La OMS ayuda a los Estados Miembros a desarrollar programas de atención primaria relativos al oído y la audición, integrados en el sistema de atención primaria de salud de los países. La labor de la OMS consiste en:

  • alentar y orientar a los Estados Miembros en lo concerniente a la elaboración y ejecución de planes nacionales de atención primaria del oído y la audición;
  • proporcionar orientación y recursos técnicos para capacitar a los trabajadores de la salud en materia de atención primaria de trastornos del oído y la audición;
  • formular y difundir recomendaciones para combatir las principales causas prevenibles de la pérdida de audición;
  • forjar alianzas para ofrecer audífonos y servicios relacionados con la audición asequibles;
  • promover la sensibilización respecto de la magnitud, las causas y las consecuencias de la pérdida de audición, así como de las posibilidades de prevención, detección y tratamiento;
  • recopilar datos sobre la sordera y la pérdida de audición, con el fin de demostrar la magnitud y las consecuencias del problema, y
  • promover la inclusión social de las personas con discapacidad, incluidas las que padecen pérdida de audición y sordera, por ejemplo, mediante redes y programas comunitarios de rehabilitación.

 

 

RECOMENDACIONES:


 

 Prevención


La prevención primaria puede evitar la mitad de los casos de pérdida de audición. Algunas estrategias de prevención sencillas consisten en:

  • vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;
  • administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas;
  • efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones en las embarazadas;
  • mejorar la atención prenatal y perinatal, en particular mediante la promoción de los partos sin riesgos;
  • evitar el uso de medicamentos ototóxicos, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;
  • remitir al servicio pertinente a los bebés que presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos y dispensarles el tratamiento adecuado, según proceda, y
  • reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en actividades recreativas) mediante la sensibilización de la población, la utilización de dispositivos de protección personal y el desarrollo y la aplicación de legislación apropiada.

La pérdida de audición debida a la otitis media se puede prevenir por medio de buenas prácticas de cuidado de los oídos y la audición. Es posible tratarla adecuadamente mediante la detección temprana, seguida del tratamiento médico o quirúrgico apropiado.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA :

·         NEUROLOGÍA PEDIÁTRICA, FEJERMAN , EDITORIAL MEDICA PANAMERICANA , CLASIFICACIÓN RJ486.

·         http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs300/es/

 

 

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