UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA
CIRUJANO DENTISTA
ESPECIALIDAD DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE
RETRASO MENTAL
Guzmán Ortiz Gabriela
Retraso mental
Definición
Primera
definición AAMD (Heber, 1959)
Es un
funcionamiento de la inteligencia situado por debajo de lo normal, que tiene su
origen durante el periodo evolutivo. Ese funcionamiento va asociado a trastornos
de madurez, de aprendizaje y de adaptación social.
2002
(Luckasson y cols.)
es una
discapacidad caracterizada por limitaciones significativas en el funcionamiento
intelectual y la conducta adaptativa que se manifiestan en habilidades
practicas, sociales y conceptuales.
Pautas para el
uso preciso del termino discapacidad intelectual según la AAIDD:
1.
El nivel de funcionamiento del individuo se debe considerar dentro del
contexto social y cultural especifico
2.
Toda evaluación de la capacidad cognitiva y adaptativa debe tener en
cuenta la comunicación, así como también el funcionamiento sensitivo motor y
conductual.
3.
En las evaluaciones se deben destacar las capacidades del paciente, que
se deben tener en cuenta en los planes de soporte.
4.
El objetivo de la evaluación de las limitaciones es guiar el desarrollo
de soportes apropiados para el individuo evaluado.
5.
Se deben proporcionar soportes individualizados para mejorar la función
en forma significativa.
Características
Se considera
que existe RM con un CI por debajo de 70
En dos
terceras partes se puede establecer su etiología
La mayoría es
de origen prenatal
La prevención
se puede aplicar en los periodos preconcepcional, prenatal, perinatal, y
posnatal.
La
rehabilitación se establece a base de una terapia dirigida e individualizada.
El 60 a 75% de
los niños cursan con RM grave y el 38 a 55% con RM leve.
Etiología
Se consideran
como agentes patogénicos, las infecciones intrauterinas, exposición de agentes teratógenos,
problemas de funcionamiento fetoplacentario, complicaciones obstétricas, sepsis
e infecciones del SNC perinatales y en la niñez, trauma craneoencefálico y la
intoxicación por plomo.
En el huésped
influyen factores sobre la formación y desarrollo del cerebro, tales como
alteraciones genéticas, anomalías cromosómicas, trastornos innatos del
metabolismo, trastorno de migración neuronal y disgenesias cerebrales. El
riesgo de RM es mayor entre mas bajo sea el peso al nacer.
También se
conocen como agentes causales la desnutrición de la madre, ingesta de
sustancias toxicas, infecciones, embarazo múltiple, ruptura prematura de
membranas, implantación anormal de la placenta y desprendimiento prematuro de
esta etc.
Clasificación
del retraso mental
· RM leve (educable) con un IC entre
50-55 y 70-75 presentan un retraso mínimo en áreas motosensoriales, pero son
educables dentro de ciertos limites. Podrán adquirir habilidades de
lectura-escritura funcionales y pudieran cursas con dificultades en la escuela,
desarrollar capacidades de comunicación y sociales. Desarrollan la mitad o tres
cuartas partes de lo esperado en una persona normal.
· RM moderado (entrenable) con un CI
entre 35-55 presentan un retraso en áreas motosensoriales, mas evidente pero
son capaces de aprender a cuidar de si mismos, podrán aprender a leer algunas
palabras, pudieran desarrollar capacidades sociales y comunicativas.
Desarrollan de una tercera parte a la mitad de lo esperado en una persona
normal.
· RM severo su CI se encuentra entre
20-40, presentan notables dificultades en la comunicación, en sus destrezas
motoras y en funciones sensoriales. Pueden aprender hábitos sanitarios
elementales, en ocasiones presentan defectos físicos asociados
· RM profundo son personas con un CI
inferior a 20 requieren de un cuidado especial constante y supervisión durante
toda su vida. Presentan problema grave en la comunicación, en la actividad
motora y en funciones sensoriales, presentan grandes defectos físicos
asociados.
El empleo de
fármacos en estos pacientes esta justificado para el manejo sintomático de
manifestaciones asociadas, como antiepilépticos, antidepresivos y ansiolíticos.
Manejo
El medico debe
explicar con cautela el significado del termino DI o retraso mental, el cual se
sigue empleando con frecuencia en la actualidad. Es posible que los padres
relacionen este diagnostico con estereotipos negativos, sin una explicación
adecuada, los padres no comprenderán la situación de salud que se presenta, por
ello es importante utilizar la terminología adecuada.
Las personas
del área de la salud deben tener en cuenta que cada niño sin importar su nivel
de funcionamiento, puede alcanzar un cierto de potencial, aunque sea a una
velocidad mas lenta de lo normal, se debe ayudar a los padres y a otro
familiares a mantener expectativas realistas y, al mismo tiempo, intentar
conservar el funcionamiento optimo de la familia como un todo.
Manejo estomatológico
Las dificultades para el tratamiento estomatológico se incrementan para el
paciente con retraso mental ya que éste es rechazado en la práctica diaria por
parte del estomatólogo debido a la complejidad de su atención y a los
trastornos conductuales de estos pacientes. En la mayoría de los pacientes se
observan actitudes de miedo, inseguridad y falta de cooperación.
El profesional debe mantenerles un genuino interés y respeto, verlo como a
una persona y no como a un “caso”, y trasmitirle desde el inicio una empatía
que demuestre la calidad de sus sentimientos. Con paciencia, comprensión y un
alto sentido humano es posible el control de muchos de estos niños.
Los aspectos preventivos de estos pacientes adquieren mayor importancia
debido a las limitaciones médicas, físicas y sociales que dificultan el
tratamiento dentario. Sin embargo, en la práctica se observa como en gran parte
de esta población el único tratamiento recibido es la extracción de dientes
cariados.
La prevención apunta en dirección opuesta a la enfermedad, menciona medidas
específicas para evitar enfermedades o daños específicos. Es la puerta de
entrada de la promoción. Esta última alude a la ganancia de bienestar como un
todo. Se preocupa por ganar en salud. No es una interacción dirigida a las
personas, sino algo que se hace “con, por y para la gente”. Ambas deben ser
aceptadas por la población para que sean factibles de aplicar. La cultura de la
prevención empieza en la casa y en la escuela, nos acompaña siempre, forma
parte de nuestra manera de entender la vida.
Es por ello que la salud pública cubana, en los programas de atención
estomatológica, propone encaminar los esfuerzos a reducir la prevalencia de las
enfermedades bucodentales mediante un incremento de las acciones preventivas.
La herramienta fundamental de la promoción y la prevención es la
educación para la salud, que consiste según la OMS, en la transmisión de
conocimientos y el desarrollo de una conducta encaminada a la conservación de
la salud del individuo, el colectivo y la sociedad.
Debe ser fundamentada en una pedagogía participativa y lograr no solo
cambios cognoscitivos, sino cambios de conducta y de estilos de vida.
Las acciones de educación para la salud no siempre cumplen con los
requisitos de calidad, que generalmente tienen la modificación de las actitudes
y conductas de la población en relación con la salud bucal.
La labor de educación para la salud con los discapacitados mentales se
tiene poco en cuenta porque el estomatólogo no ve en estos pacientes
personas capaces de interiorizar un mensaje y de sentirse motivado con el mismo
para lograr un cambio de actitudes. Sin embargo, el desarrollo de técnicas de
modificación de conducta y de persuasión puede lograr alteraciones sustanciales
en el plano individual y colectivo con respecto a los hábitos alimenticios,
temores al odontólogo y prevención de caries dental, entre otros. La pobre
orientación y falta de motivación en las tareas del niño retrasado mental es
una de las causas de que abandone las mismas o las sustituya por otras.
“El hábito desde pequeño hace más fácil llegar a la meta”. Es necesario y
muy importante en este tipo de paciente que la educación comience desde edades
tempranas para desarrollar los hábitos que permitan el mantenimiento de la
salud del niño a través de toda su vida, y que las actividades educativas y
preventivas se realicen de forma sistemática y periódica.
Bibliografía
Renteria A.
Salud y enfermedad del niño y del adolescente. Manual moderno, séptima edición,
2013.Pp.1181-1183.
AAIDD.
Discapacidad intelectual. Alianza, undécima edición,2010. Pp. 35-36.
Bernstein D.
Pediatría para estudiantes de medicina. LWW, tercera edición, 2012 Barcelona, Pp.
278-279.
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