DIVISION DE POSGRADO
FES ZARAGOZA
ESP. ESTOMATOLOGIA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE
SEMINARIO INTERDISCIPLINARIO
ALUMNA: CYNTHIA MARLEN HORTA SÁNCHEZ
PROF. JOSE LUIS URIBE PIÑA
INFECCIONES BACTERIANAS
1.- ABSCESO PERIAPICAL
Es una acumulación de
material infectado (pus) en el centro de un diente debido a una infección
bacteriana.
Causas
Un absceso dental es una
complicación de la caries dental. También puede ocurrir cuando un diente
se rompe o recibe un golpe. Las aberturas en el esmalte dental permiten que las
bacterias infecten el centro del diente (la pulpa). La infección puede
propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que lo sostienen.
La infección ocasiona una
acumulación de pus e inflamación de los tejidos internos del diente. Esto causa
un dolor dental intenso. La infección
puede permanecer activa y seguir diseminándose, causando más dolor y
destruyendo tejido.
Síntomas
El síntoma principal es un
dolor de muelas intenso. El dolor es continuo y se puede describir
como terrible, agudo, pulsátil o punzante.
Otros síntomas pueden
abarcar:
- Sabor amargo en la boca
- Mal aliento
- Malestar, inquietud, sensación general de
enfermedad
- Fiebre
- Dolor al masticar
- Sensibilidad de los dientes al calor o al frío
- Hinchazón de la encía sobre el diente infectado,
que puede lucir como un grano
- Ganglios inflamados en el cuello
- Área mandibular superior o inferior inflamada
(un síntoma muy serio)
Pruebas
y exámenes
1.- Examen Clínico
Palpación y Percusión: resultado positivo
Las
encías pueden estar inflamadas y enrojecidas,drenaje de material purulento.
2.- Examen Radiografico
2.- CELULITIS
Definicion
La terminología usada para describir las diferentes infecciones
de piel y tejidos blandos se complica al utilizar
distintas definiciones de acuerdo al tipo de infección (celulitis,
abscesos, erisipela).
De acuerdo a sus manifestaciones
clínicas (gangrena de Fournier, angina de Ludwig),
De
acuerdo al agente etiológico (mionecrosis por Clostridium,
fascitis necrotizante estreptocóccica).
Etiología
Los agentes
etiológicos son Streptococcus, más frecuentemente del
grupo A, pero también del grupo B, C, o G así como Staphylococcus
aureus, este último se asocia con la presencia
de forúnculos y abscesos.
Estudios recientes de material purulento obtenido por
punción aislaron en 51% de los casos a S.aureus en comparación
con Streptococcus del grupo A en 27%.
Manifestaciones clínicas
Los pacientes con una celulitis típica se presentan con
una corta historia de dolor, enrojecimiento, y aumento de
volumen en la piel involucrada.
Generalmente, se tiene una
condición predisponente como obesidad, edema, resección
de vena safena, radioterapia o alguna alteración en piel
(úlceras, heridas, piel fisurada, enfermedades crónicas en
piel o estasis venosa.
La historia clínica puede mostrar factores de riesgo como exposición nosocomial.
La fiebre y ataque al estado general son de moderados a
ausentes en celulitis no complicada, en algunos artículos se
refiere la fiebre de 26 a 67% de los casos. La hipotensión
es rara, reportada en pacientes hospitalizados en 2.7% de
los casos.
La leucocitosis y elevación de la velocidad de
sedimentación globular se encuentran en 50% de los casos.
Complicaciones
Las infecciones necrotizantes de tejidos son poco comunes,
pero es de vital importancia realizar el diagnóstico,
ya que tienen una alta mortalidad sin cirugía, si se tiene
como etiología microbiana a Streptococcus pyogenes o
polimicrobiana.
La mayoría de estos pacientes presentan
la triada: dolor, aumento de volumen y fiebre.
A la exploración
física, presentan toxicidad severa, hemorragia, bulas,
necrosis de piel, equimosis, presencia de gas o crepitación
y anestesia cutánea.
3.- OSTEOMIELITIS
Es la inflamación del
hueso causada por una infección bacterianao fúngica, y con menor frecuencia por
parásitos o micobacterias.
Generalmente se clasifica en tres tipos
teniendo en cuenta su patogenia y evolución:
1) osteomielitis aguda hematógena. Es la forma más frecuente de presentación
en la infancia;
2) osteomielitis
secundaria a un foco contiguo de infección:
después de un traumatismo abierto,
herida penetrante, herida postquirúrgica
infectada, tras el implante de una prótesis,
o secundario a una infección subyacente
como celulitis. Esta es una forma
menos frecuente de presentación en los
niños que la anterior.
3) osteomielitis
secundaria a insuficiencia vascular, proceso
muy raro en la infancia
Las osteomielitis pueden tener una
evolución aguda, subaguda o crónica en
función de la virulencia del agente infectante
y de la respuesta inmunológica del
huésped.
PATOGENIA
La osteomielitis aguda hematógena se
produce en el curso de una bacteriemia
sintomática o asintomática que hace llegar
el agente infeccioso hasta el hueso localizándose generalmente en las metáfisis de los huesos largos (fémur, tibia y
húmero) que están muy vascularizadas.
El
microorganismo viaja hasta las redes capilares
de las metáfisis oseas, dónde la circulación
es lenta, con posterior replicación
e inflamación local. Posteriormente
viaja a través de túneles vasculares adheriéndose
a la matriz cartilaginosa, donde
progresa la infección. En niños menores
de 18 meses, las metáfisis están vascularizadas
a partir de vasos transepifisarios,
que atraviesan las epífisis, llegando al
espacio articular, lo que explica que los
lactantes y niños pequeños tengan mayor
riesgo de desarrollar una artritis aguda
como complicación de una osteomielitis.
ETIOLOGÍA
La etiología depende de la edad del
paciente y de si existe algún problema
médico de base.
Staphylococcus aureus es el patógeno
más frecuente en todos los grupos de edad,
siendo la causa del 70 al 90% de las osteomielitis.
En recién nacidos: la etiología más
frecuente después de S. aureus, son Escherichia
coli, Streptococcus agalactiae, otros
bacilos gramnegativos y Candida albicans.
En lactantes y niños mayores, debido
a la drástica reducción del número de
infecciones por Haemophilus influenzae
tipo b tras la introducción de la vacuna,
las osteomielitis son causadas por S.
aureus y Streptococcus pyogenes.
CLÍNICA
La clínica de osteomielitis puede ser
inespecífica, lo que a veces dificulta y
retrasa el diagnóstico, especialmente en
neonatos. Los síntomas más frecuentes
son fiebre, dolor agudo persistente que se
va incrementando en el miembro afecto,
acompañado de inflamación y enrojecimiento
del tejido que está sobre el hueso.
El niño cojea o se niega a caminar,
debido al dolor al cargar y a la movilización.
El lactante presenta irritabilidad,
rechazo del alimento, e inmovilidad por
el dolor.
TRATAMIENTO
El éxito depende de una selección antibiótica
y cumplimiento terapéutico adecuados,
además del tratamiento quirúrgico,
en los casos en los que esté indicado.
El tratamiento antibiótico inicial es
generalmente empírico, seleccionando el
antibiótico en función de la edad y patología
de base del paciente que permiten
suponer el agente infeccioso más frecuente
para esa situación.
Cuando se dispone del resultado de los
cultivos se modificará la terapia antibiótica en función de la sensibilidad del
microorganismo aislado. En
caso de que los cultivos sean negativos, y
si el paciente evoluciona bien con la terapia
empírica, se mantendrá la misma hasta
completar el tratamiento.
Si el paciente
evoluciona mal debe considerarse realizar
nuevas pruebas diagnósticas: biopsia
del hueso para histología y cultivos, y
técnicas de imagen buscando la presencia
de zonas abscesificadas que requieran drenaje
quirúrgico.
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